La valentía da estabilidad y la estabilidad da fuerza para acometer los retos que uno se propone. Si algo está distinguiendo a este Gobierno de Navarra es que trabaja hombro con hombro con la sociedad. Las fuerzas políticas que sustentan este ejecutivo tienen claro que su acción debe revertir en la gente y para ello, el diálogo, la búsqueda de consensos y el encontrar lo que nos une frente a lo que nos separa es una tarea obligatoria.

El Gobierno entendió el mensaje en su momento y la ciudadanía navarra se lo ha reconocido otorgándole su confianza en una nueva legislatura que ya está alcanzando su ecuador.

En todo este tiempo se han tomado muchas decisiones y, por delante, hay proyectos ambiciosos que se conocen en la calle con total transparencia. Es una forma de trabajar.

Pero a nadie se le escapa que para poder avanzar hacen falta cimientos sólidos y, hoy en día, los cimientos de un proyecto tienen mucho que ver con el músculo económico. Por la temática que abordo en el ejercicio de mi cargo como consejero de Economía y Hacienda puedo asegurar, con el rigor que aporta todo el personal técnico del departamento, que Navarra está en una buena situación económica.

Somos una comunidad solvente en muchos aspectos. Nuestra deuda es la más baja de todas las comunidades, nuestra calificación crediticia es la máxima permitida por una institución como Standard & Poor’s; Navarra es la comunidad con mayor calidad de vida, según sus propios habitantes; somos la tercera comunidad en competitividad, según el Consejo General de Economistas, nuestro PIB crece manteniendo el tono por encima de la media europea...

Todo esto que menciono son los ingredientes necesarios para llevar a cabo la política cercana que este Gobierno quiere. A partir de estas premisas de solvencia económica encontramos los argumentos necesarios para que, a corto y a largo plazo, la ciudadanía disfrute de ventajas en la mayor cantidad posible de frentes. Y lo voy a ilustrar con ejemplos.

A corto plazo, y en plena campaña de la declaración de la renta, conviene destacar los 150 millones de euros que van a ir a parar a los bolsillos de las personas mutualistas en Navarra, tras la decisión del Gobierno de Navarra, avalada por el Parlamento Foral, de poner en marcha una medida fiscal y, en paralelo, un cambio normativo en su legislación para que este colectivo, el de los y las mutualistas, se vea en una situación similar a la del resto de territorios.

O ya que menciono la declaración de la renta, no puedo obviar las consecuencias beneficiosas de la decisión de deflactar la tarifa en un 3% en el pasado 2024, lo que se estima en un ahorro para la ciudadanía de más de 22 millones de euros.

Y, a largo plazo, la puesta en marcha de un plan de inversiones como complemento a los Presupuestos Generales de Navarra 2025 es un ejemplo de ese esfuerzo que antes mencionaba. Hasta 125 millones de euros, repartidos en dos ejercicios, que servirán para reforzar proyectos que tienen ya destinatarios: actuaciones en colegios, institutos o centros de formación profesional públicos por toda la comunidad (Pamplona, Tudela, Corella, Cintruénigo, Ancín...); inversiones en distintos hospitales y centros de salud (Pamplona, Estella, Villava, Puente la Reina, Cascante...); inversiones para infraestructuras en regadío o en distintos centros del ámbito de los derechos sociales, o la promoción y construcción de vivienda de alquiler social y asequible, por citar solo algunas de las líneas de actuación.

La apuesta de este Gobierno sigue siendo la misma, aunque haya quien no lo quiera reconocer. Y vuelvo al inicio de este artículo. La valentía es más que nunca necesaria, sobre todo porque no van a faltar los propagandistas y quienes menosprecien la acción de Gobierno, que en realidad no es otra cosa que menospreciar a nuestra propia esencia y tratar de dejar de lado la voz de una mayoría social que ha hablado claro en las urnas.

Los retos siguen estando sobre la mesa y en vista del panorama internacional de inestabilidad reinante, los riesgos seguirán estando presentes, pero nuestra solvencia, el rigor, el esfuerzo y la búsqueda de objetivos comunes deben seguir siendo las guías de nuestro camino.


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