Unai Hualde Iglesias
Presidente del Parlamento de Navarra

Una nueva oportunidad para la Navarra plural

Tenemos un Gobierno de coalición que no tiene mayoría absoluta en la Cámara, lo que supone que vamos a tener una legislatura en la que el Parlamento de Navarra va a ser protagonista.

En escasos días comenzaremos el primer curso político de la nueva legislatura. La X legislatura en Navarra. El Parlamento empezará su actividad ordinaria. Los componentes del nuevo gobierno iniciarán su gestión. Comenzará la normalidad después de que Navarra se haya situado, una vez más, en el foco de la actualidad política estatal en las semanas previas al descanso estival en el que estamos. No es nuevo. Se repite cada 4 años cuando –como en este 2019– hay elecciones forales y los partidos políticos y medios de comunicación de ámbito estatal fijan su mirada en nuestra Comunidad Foral.

Lamentablemente, la mayoría de las veces se habla de Navarra desde el desconocimiento, la exageración o la manipulación. Aún recuerdo hace cuatro años titulares como “La Policía deja de colaborar con Navarra tras la llegada de Bildu”, cuando se hablaba de la desaparición y/o la ruina económica de Navarra o de la fuga de empresas.

Esto fue en 2015 y cuatro años después del inicio de aquella legislatura, la del Gobierno de Uxue Barkos, todos aquellos titulares se han demostrado falsos. Titulares hiperbólicos tratando de asegurar profecías que nunca llegaron. Al contrario. Gracias al conocido como «Gobierno del cambio» liderado por Barkos, gran parte de la ciudadanía considera que hoy, en 2019, Navarra es aún más libre y más solidaria. Más social y avanzada. Más democrática y con más derechos para quienes viven en ella. Más plural.

Este verano, con la llegada del nuevo Gobierno de Navarra ahora liderado por Maria Chivite estamos escuchando parecidas exageraciones y augurios estridentes. Sin embargo, la ciudadanía navarra ha demostrado en numerosas ocasiones que está por encima de ellas. Que en la calle y en la realidad del día a día no se percibe esa crispación y ese enfrentamiento que se quiere dibujar sobre Navarra. Para nada. Y soy de los que creen que los representantes públicos tenemos la responsabilidad y el deber de construir una sociedad mejor y no debemos contribuir a ese discurso que busca la confrontación.

Como tuve oportunidad de exponer hace unos días en la sede de nuestro Parlamento, con motivo del acto formal de investidura de la nueva Presidenta del Gobierno de Navarra, las elecciones forales del pasado mes de mayo han colocado en la cámara a seis formaciones políticas. Navarra es plural como se demuestra elección tras elección. Y esto exige a los responsables políticos, un mandato claro: entender esa diversidad como una riqueza y gestionarla a través del acuerdo político entre diferentes.

PSN, Geroa Bai, Podemos e IE hemos conseguido acordar un documento programático que concita en torno a sí el apoyo de casi la mitad del actual Parlamento. Ni más, ni menos. Esto supone que, a diferencia de lo que está ocurriendo en el Estado, en Navarra hemos vuelto a ser capaces de llegar a un acuerdo en favor de la gobernabilidad y el interés general. El acuerdo entre formaciones distintas, una vez más, ha sido posible en Navarra.

Y del mismo modo, esto significa que tenemos un Gobierno de coalición que no tiene mayoría absoluta en la Cámara, lo que supone que vamos a tener una legislatura en la que el Parlamento de Navarra va a ser protagonista. Un Parlamento donde todas las voces representadas a través de seis grupos y agrupaciones parlamentarias son legítimas y son necesarias, sin que sobre ninguna de ellas. Todas estas formaciones están en el Parlamento de Navarra por la voluntad democrática de las navarras y navarros a los que nos corresponde representar.

Pasados estos meses estivales de mucho ruido mediático, confío en que la normalidad volverá al Parlamento de Navarra en setiembre y el diálogo entre todas las formaciones políticas, también. Así ha sido siempre. Así fue en el Parlamento de Navarra en la pasada legislatura y así es y será en la mayoría de las instituciones. Votaciones por unanimidad, votaciones donde coincidirán partidos antagónicos. Normalidad, sentido común, democracia.

Diálogo y capacidad de pacto, fundamentales en la legislatura que comienza. Para alguien que, como en mi caso, cree profundamente en el parlamentarismo, en la democracia y en el diálogo para llegar a acuerdos no puede haber legislatura más atractiva para afrontar el reto de presidir la Cámara.

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