Este actual pandémico período trágico y mortal se inicia el 6 de febrero cuando el polivertedero rebosadero de toda clase de residuos orgánicos, inorgánicos, venenosos y cancerígenos en Zaldibar revienta. Una catástrofe en la que la naturaleza responde a la continua agresión causada por la gigantesca usura del propietario de Verter Recycling 2002 SL, cuya denominación es ya una falsedad. Allí no se recicla nada simplemente se acumula todo desecho que es bien recibido ya que con muy pocos trabajadores generan escandalosos beneficios y cuya actividad era más que intrigante ya hace tiempo. Con una administración complaciente, el Departamento de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda del Gobierno Vasco dirigida por el consejero Ignacio María Arriola López y presidente del PSoE.

Es de dominio general y la poca prensa vasca libre así lo expresa veladamente la gravísima y reiterada negligencia del citado consejero y la viceconsejera, Elena Moreno, en su deber de control de este gran negocio de desechos. Sus declaraciones evasivas intentando disimular su responsabilidad aparentando, entre otras cosas desconocer que no se llenaba en exceso el vertedero. Quien las analice con rigor encuentra que connotan sospechas y evidencian negligencias, son un insulto a la inteligencia. Hay demasiadas preguntas sin responder y han huido de comparecer antes quienes les pudieran plantear cuestiones muy precisas. Es la habitual reacción de un acusado descargando en los demás su inaptitud o algo más grave.

Las inspecciones que se hacían en ocasiones y que según indicios previo aviso y con escaso rigor no detallaban la realidad, se almacenaban en los despachos hasta que ha ocurrido la catástrofe y se alude retroactivamente a ellos. Documentación relevante cuando se celebre el juicio al que deberán acudir algunos responsables políticos y funcionarios a rendir responsabilidades. Han generado una desconfianza absoluta, sin paliativos, que hasta la prensa más leal descubre su enorme implicación por dejadez que se agrava por hechos conocidos en la zona como su relación con Jose Ignacio Barinaga propietario del volcán de mierda de todo tipo, que eso era, vinculado al PSoE. Pero lo inadmisible es que estén evadiendo su responsabilidad en algo gravísimo la muerte, no fortuita, de dos seres humanos, Joaquin Beltrán y Alberto Sololuze, cualificados trabajadores de la empresa.

El gobierno y otras administraciones anuncian que se personarán en la causa contra la empresa Verter Recycling pero también debería crearse una acusación popular contra el consejero, la viceconsejera y su equipo, que no habiendo sido cesados, no han tenido la más elemental decencia humana de dimitir aunque sin evadirse de la enorme responsabilidad de la que deberán dar cuenta ante tribunales. A su vez es deleznable que en situación trágica los ayuntamientos próximos Zaldibar, Ermua y Eibar de PNV y PSoE prescinden de días de duelo y animan al carnaval, mascaras y apenas mascarillas, hay que desviar la atención. Asimismo la reacción del lehendakari en estos días es no solo incongruente sino aberrante, anunciar la convocatoria de elecciones para su probable renovación personal y de su sanedrín repleto de mediocridades.

Poco después y como desgraciadamente por mortal, resulta un alivio para difuminar la negligencia del gobierno vasco español PNV-PSoE, llega a Euskal Herria una calamidad sanitaria mundial desconocida desde las pestes hace siglos de imprevisibles consecuencias, la globalización en modo de pandemia.

Virus

Esta incontenible e indimensionable plaga en todos los aspectos y que arrasa a media humanidad incluso a los países más desarrollados de Asia, Europa y posteriormente a América incita a un pensamiento subversivo. Algunos sospechamos que su inicio en China pudiera ser introducido deliberadamente por la criminal agencia CIA, muy en su trayectoria de asesinatos  selectivos, al servicio del tirano neoliberal Trump en su campaña de hostigamiento comercial para descalabrar al país ya que los diversos boicots no han dado el resultado aplastante previsto. Alguno también piensa si en esta pandemia se invierten las palabras y fuese un virus corona, un medio pacífico de acabar con la amenazante y militarizada monarquía española nieta de un criminal de guerra y postguerra. Asimismo la denominación científica del virus Covid-19 suena como covite.

La consejera de Salud, Nekane Murga, inicialmente dice que hay que proteger con el codo toses y estornudos, consejo estéril. Basta ir a un concierto para ver la falta de educación y respeto de algunos asistentes a un acto cultural. Pero sobre todo en los bares, los templos sagrados de las administraciones vascas por su proteccionismo y que además se presentan como una imagen de país, Basque Country Fest  «Somos lo que comemos». Durante demasiados años las barras de casi los todos los bares con los dichosos pintxos, muchos de catering o descongelados, apilados están en pésimas y repugnantes condiciones higiénicas por la actitud habitual de la mayoría de la gente metiendo la mano en las bandejas y hablando a gritos por el ruido de televisores, y música con decenas de miles de partículas salibales pulverizando la mercancía comestible a la venta.

Los responsables de salud de los ayuntamientos en este caso de las capitales más frecuentadas por las muchedumbres de turistas, Yolanda Díez (PSoE) concejala del Área de Salud y Consumo del Ayuntamiento de Bilbao ha estado prevaricando continuamente infringiendo la ordenanza de su ayuntamiento y del gobierno vasco toda la legislatura anterior y además, para mayor desgracia, reelegida el pasado año y lo mismo el concejal de Ecología y Salud pública Enrique Ramos (PSoE) y su antecesores en Donostia. Todos ellos han claudicado y quizá algo más, ante las fuertes presiones del cártel de hostelería que es un poder intocable, hay que recordar la contundente oposición de este gremio a que se prohibiera fumar en el interior de locales, abusando en horarios, ruidos, suciedad, acaparamiento del espacio público. La sociedad, atropellada en sus derechos más elementales, mayoritariamente no ha respondido todavía contundentemente, salvo la Asociación Vecinal Uribitarte Anaitasuna y Bihotzean en Zazpi kaleak de Bilbao, la asociación Parte Zaharrean Bizi en Donostia y la asociación vecinal Convivir en lo Viejo/Alde Zaharrean Bizi en Iruñea. Un encomiable trabajo, incluso heroico frente a la barbarie tolerada y creada por una hostelería hostil sin escrúpulos, que todavía no esta suficientemente valorado.

A su vez resulta más que deplorables, entre mercenarias y miserables las declaraciones del presidente de Confebask, Eduardo Zubiaurre, y de Cebek, Iñigo Garcinuño, actúan como robots, que solo se lamentan de las restricciones industriales al no poder eliminar indiscriminadamente sus desechos del modo más barato posible, para ellos la vida humana de trabajadores, ni un lamento, no interesa su alma está poseída por el euro.

Parecida actitud del diputado general Rementeria, propias de un cacique provincial como manifestó solemnemente en sesión de las Juntas Generales de sus dominio cuya única preocupación por el coronavirus es la disminución de la recaudación fiscal, la salud pública es por lo visto secundaria. A su vez ha tenido el cinismo de alabar al lehendakari, en referencia a Zaldibar, por «liderar esta crisis desde el principio» una falsedad inaceptable e insultante. Este precipitado final de legislatura ha evidenciado a un Urkullu a la deriva empeorando su solvencia que es más que imagen. En plena hecatombe ambiental, sanitaria con graves repercusiones humanas dedica un tiempo el 24 de febrero para recibir acompañado del amigo de los reaccionarios sublevados el político Anasagasti a un recadero complice autoproclamado embajador del golpista venezolano Guaidó y diciendo y mintiendo que cuenta con el apoyo del Pais Vasco.

Virtudes

No podrá olvidarse que los dos expertos trabajadores fallecidos Joaquin Beltrán y Alberto Sololuze intentaron desesperadamente advertir del cataclismo que se iniciaba y esa profesionalidad y humanidad les atrapó mortalmente. Su acción deberá ser memorada como corresponde a una muerte cruel pero heroica.

Siguiendo con el orden secuencial catastrófico hay que admirar, especialmente después de conocerse la emboscada a la que fueron sometidos todos los participantes en las urgentes tareas de rescate en Zaldibar al tener conocimiento de que había seres humanos sepultados en el vertedero especialmente bomberos, personal sanitario, de protección civil y trabajadores de excavación e incluso ertzainas, que intervinieron y persisten en una titánica tarea por el rescate de las dos personas. Impulsados por un deber profesional y humanitario se entregaron admirable, frenética e ilimitadamente. Las consejerías de Seguridad y Medio Ambiente tiene un enorme responsabilidad, ya que debían, si no es que sabían, que clase de materiales contaminantes había.

En cuanto a la globalizante plaga es mucho más que admirable, digna de los mayores elogios la vocación profesional a la vez que humanitaria a pesar del grave riesgo que les merodea en su desbordante trabajo de todo el escalafón sanitario, desde los conductores de ambulancias a auxiliares, enfermeras y doctores. En gran parte por una incomprensible y denunciable tardanza en la toma de enérgicas decisiones conociendo el la mortalidad precedente de Italia. Ha habido acciones propias de cretinos como el Ayuntamiento de Bilbao poniendo una gigantesca pancarta del Athletic, entidad privada, que otras reivindicaciones prohibe, especulando con una simple final de futbol, que tuvo que retirar.

Virovirtud. La consecuencias y repercusiones después de esta mortal pandemia con miles de afectados y fallecidos son impredecibles e incluso se puede encontrar algo inmediato que no es negativo. Como consecuencia de las imprescindibles medidas de emergencia socio-sanitarias, las manadas de turistas no invadirán nuestro pías y especialmente sus lugares más sensibles, Gaztelugatxe y los centros históricos de las capitales especialmente las costeras. Asimismo, el alivio social ante la llegada de masas de gente debe servir para un mayor control de quienes acuden a los pisos-patera turísticos.

Y como satisfactorio colofón la suspensión del colonizante virus españolista tramado con la Eurocopa, bandera, himno y el monarca formateado militarmente que tanto entusiasma a los políticos regionalistas de Bizkaia, Rementeria y Aburto (PNV) y a los responsables y voceros del soñado y falseado impacto económico a toda costa como el concejal del Área de Desarrollo Económico, Comercio y Empleo, Xabier Otxandiano, que anteponen la claudicación ante las hordas del turismo y sus consecuencias frente a los medios, modos y posibilidades de vida coherente de la población. Posesos de una vorágine especulativa y destructiva  ha desfigurado la identidad de nuestras ciudades e incluso adormecido a parte de la ciudadanía que no ven en el turismo otra plaga dañina diferente.

Las calles de Euskal Herria vacías por imperiosa necesidad, solo perros y policías singular binomio, transitan y revelan la magnitud de la catástrofe. Superando paulatinamente este desesperado combate, que no es otra cosa a pesar de la inaceptable inyección de militarización española que se intenta incubar. Se evidenciará el gran triunfo de la sanidad pública de Euskal Herria, a pesar de intentos de privatización como la presiones de la empresa sanitaria IMQ y la necesidad de aumentar sus dotaciones en todos sus aspectos. Menos AVE disfrazado de TAV y más dedicación a lo primario, lo sanitario, con la educación, lo social, laboral y cultural.

Vicios

Esta pandemia es posiblemente y en parte una consecuencia trágica de esta economía universal que confía la producción de todo tipo de productos a países con mano de obra barata sino esclavizada en inhumanas condiciones higiénico-sanitarias. China, la gran fábrica del mundo, país avanzado y disciplinado que pronto empezará a salir de la tragedia que allí se inició y de donde procede multitud de mercancía por ejemplo comestibles a los que empresas conserveras desalmadas y mayoristas como Eroski y otros camuflan con envases idénticos a los producidos en Euskal Herria. Pero también en esta peligrosa situación llega variado y e imprescindible material de prevención sanitaria, mascarillas, batas, etc. Pero sin duda lo mejor que vino de allá fueron las urnas de la democracia para el referéndum de Catalunya del 1 de octubre de 2017.

La gestión inmediata y prioritaria desde el naturicidio de Zaldibar fue restablecer el tráfico de la autopista de chantaje AP-68 desviando vehículos por la A-1 para seguir extorsionando al automovilista es decir recaudando que es el objetivo de Bidegi e Interbiak, con el visto bueno del diputado Imanol Pradales (PNV) y se sigue manteniendo un by-pass y cobrando igual como si tuviese la misma fluidez.

Estas tragedias revelan, una vez más que tipo de sociedad e implicaciones ente poderes económicos, que actúan como mafias y demasiados dirigentes que ocupan puestos de (ir)responsabilidad que mienten y ocultan, más bien intentan, su implicación. La miseria de los traficantes de basuras uno de los negocios más rentables con menos medios, gastos y trabajadores, momentáneamente, vistos los datos conocidos, es lo que ha originado y se ha manifestado repetidamente a la vista en la catástrofe de Zaldibar. Pasará un tiempo pero esto debe tener a varias personas condenadas por negligencia criminal.

Después de tantas muertes, inhumanidad y codicia política indisimulada es deseable un acto de contrición que debiera comenzar ante unas venideras elecciones en Euskadi, palabra que ha desaparecido en estas semanas sustituida por comunidad autónoma, equiparando e incluyendo en España, incluso por dirigentes que dicen ser nacionalistas.

El primer punto de este arrepentimiento por la inhibición debería ser renunciar un nuevo mandato vasco-español con un menesteroso y totalmente desideologizado PSoE, los euskarafóbos en Nafarroa. ¿Será la sociedad vasca capaz de soportar este binomio hispano autonomista? Urkullu y sus asesores deben meditar si con sus retardadas reacciones en los vertidos y virus y la inoportuna convocatoria de sufragio, en días de sufrimiento, ha dado la talla de dirigente de un país que debe aspirar a mucho más en todas sus dimensiones éticas y espirituales, inmateriales y materiales.