Cuando Markel Olano asegura: "La única salida para resolver el problema de las basuras y gestionar la fracción resto es la construcción de una incineradora" pienso que se refiere al aspecto político y no tanto al económico y medioambiental.

La mayor o menor envergadura del problema de las basuras y la mayor o menor dificultad técnica, costo medioambiental y económico de su solución, es directamente proporcional a la cantidad de materia orgánica fermentable que contengan las bolsas que se depositan en el contenedor verde-gris, lo mismo vayan a vertedero que a incinerar tras pasar por la planta de TMB.

Un axioma muy “casero”, pero a la vez muy directo e inequívoco (se trata de datos) para situarlo como punto de arranque de debate para Gipuzkoa… si aún se puede.

La máxima volteriana: ”Hay gente tan inteligente que aprende de la experiencia de los demás” debería animar a nuestras instituciones a tomar este “atajo”, pues de las diversas prácticas durante décadas en países europeos, la síntesis optimizada ha quedado recogida en la Resolución del Parlamento Europeo de 9 de julio de 2.015 bajo el subtítulo: uso eficiente de recursos para avanzar hacia una economía circular.

El Europarlamento para 2.020 y con carácter vinculante exige: recoger separada la materia orgánica… Catalunya desde 2.010 obliga a separar aplicando tasas progresivas según la caracterización del residuo; la Ley de Residuos del GV de marzo de 2.015 se basa en: 1) “reducir sensiblemente la eliminación en vertedero”, 2) “economía circular” y 3) “quien contamina paga”, pero ni obliga recoger separado lo orgánico, ni penaliza su vertido masivo.

El Europarlamento exige: “Limitación de la incineración, con o sin recuperación de energía, estrictamente a los residuos no reciclables y no biodegradables para 2020”… Con el “turismo” de basura que se da entre países europeos por falta de basura para sus incineradoras, construir otra en la CAV desoyendo la resolución de la Eurocámara y los riesgos de sanción que conlleva, me obliga a pensar que de que tras la nebulosa del Superpuerto de Pasaia (aún gotea en la prensa) y el “penduleo” centralista con la Y Vasca, al PNV se le hace de vida o muerte incrustarnos en las mismas narices de los cavernícolas gipuzkoanos, este “piercing” político a quienes hemos osado poner en duda sus ideas de progreso... para los de su casta.