Enric Vivanco Fontquerni

Barcelona ciudad prostituta

La Sagrada Familia, es el compendio de una estafa gigantesca del proyecto original de su creador, que se ha convertido en un casino que enriquece a todos los falsarios de los organismos oficiales y fuerzas vividoras, que han distorsionado todo lo imaginado por el arquitecto. Como es preceptivo la ciudad, que es una plataforma industrial para expulsar a los vecinos de toda la ciudad. Una escalinata para el Templo, requiere la muerte de los recuerdos de los ciudadanos que viven por el entorno. Sí, Barcelona es una ciudad prostituta, que ejerce para los que pagan sin el menor decoro. La Copa de América de Vela, la han traído los chulos de siempre, que tenemos que soportar. Recuerdo que hace unos años podía ir al Parque Güell, a la hora que quisiera para poder entrenar en atletismo, un circuito muy adecuado para los fondistas. Ahora es imposible, las hordas turísticas impiden caminar por una zona que nos pertenecía y que hemos sido eliminados como cualquier cucaracha. Los vecinos del entorno están siempre movilizados porque es imposible gozar de su propio barrio. Los intrusos ladrones de bocadillo y alpargata, también forman parte de los destructores del universo, y medio ambiente. La prostitución, también tiene sus taxonomías, aunque la ciudad se ha especializado en la de sexo para pobres. También alquila sus entornos a empresas de lujo como la colaboracionista con los nazis, durante la época de la ocupación, ella muy francesa y patriota como es Louis Vuitton. Glamour, concepto idiota para idiotas, se repite constantemente por la prensa democrática y crítica que solo la democracia proporciona. Estas empresas que se anuncian en cabeceras, que son fábricas de verdad, y nos dicen lo que hay que pensar y sentir, ya que el número de mercenarios, se puede equiparar al de drogadictos. Ninguna sociedad ha sido tan dependiente del peor vicio de la especie humana, que es que piensen por ti. Por ello me admira la inteligencia sublime que ahora existe respecto a la extrema derecha por el Continente, porque siempre ha sido la que manda, a pesar de la progresía hipócrita. Esta regata de niños consentidos y ricos, ocupará durante meses las zonas rosas de la ciudad, con el consiguiente incremento de precios de cualquier cosa y de cualquier lugar en Barcelona, y de las incomodidades que ya están generando a los vecinos para que unos pocos miserables hagan negocios de una ciudad que en realidad son una minoría, que se la han agenciado y que no les pertenece: la ciudad es para las masas adormecidas que vivimos en ella y que hemos nacido y enterrado a nuestros padres. Por esto, desde el primer segundo utilizaron a todos sus mercenarios en contra de la alcaldesa Colau, que tenía un margen muy estrecho de actuación. Intentó frenar algo todo este desastre mafioso, y colaboracionista de unas minorías ladronas. Ayer, «La Rosa de Foc», apareció y los diarios callan sobre todo para que no se espante el turista. La situación ha llegado a inhumana, para los que vivimos en la ciudad. La dignidad de las personas es la única esencia que nos queda.

Atentamente.

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