Cabalgata y nuevos aires
En mi opinión hay una serie de cosas que no comparto con los organizadores de la Cabalgata. Mantener a un Baltasar pintado a estas alturas del partido no tiene ninguna justificación racional más allá del desmedido afán de protagonismo de quien lo encarna, incapaz, ante las críticas suscitadas, de reconducir la situación abandonando dicho personaje, dando paso a una persona negra o bien representando a Melchor o Gaspar, como otra posible alternativa.
El debate es importante, y las ganas de normalizar esta arcaica situación también. Iruñea no se merece esta vergonzosa situación. Hasta diarios alemanes se han hecho eco de ello. Por otro lado no salgo de mi indignación con los organizadores. Además de imprimir, otro año más, todos los carteles solo en castellano, menospreciando al euskara, en sus actividades se puede apreciar cómo se premia a determinados hoteles de lujo, determinadas personas y empresas del Régimen y a la sanidad privada.
El hecho de que los organizadores anuncien que van a donar miles de euros a la Clínica del Opus me parece un desprecio a la sanidad pública. ¿Por qué se premia a una clínica privada y de unos pocos con una actividad de todos? Obviamente están en su derecho de hacer lo que consideren oportuno. El Ayuntamiento también. Me gustaría que el año que viene la Cabalgata de Iruñea la organizase otra asociación, ya está bien de chiringuitos del régimen.
La Cabalgata es de todos.