Marta Uriarte Blázquez

Carta de una mujer maltratada al consejero de Sanidad

Hoy os voy a contar mi historia. Como muchos sabéis, fui fundadora y coordinadora de la plataforma Stopdesahucios Bizkaia. En el año 2008 yo vivía junto con mi marido y dos hijos en la ribera del Gobela. Sufrimos la inundación de nuestra vivienda. Lo perdimos todo, nos quedamos con lo puesto. En aquel momento salimos a duras penas de aquella tragedlia. En ese tiempo comenzó la crisis económica y mi ex marido, que era autónomo del sector transporte, fue de los primeros en sentirla. Ahí comenzó nuestra penuria económica. Me lié la manta a la cabeza y, como afectada, luché junto con mucha gente contra los desahucios y por el derecho a una vivienda digna. En el año 2013, después de años de maltrato psicológico y finalmente físico, con sentencia firme, conseguí salir de la tortura del maltrato. A duras penas, con deudas y la vida truncada, conseguí un alquiler para mi y mis hijos. Mi ex marido no ha pagado nunca la pensión de alimentos. Tampoco las deudas y acuerdos de pago que llevan recayendo sobre mi sueldo desde hace dos años.

Pues bien, muchos sabréis que soy enfermera y trabajo en Osakidetza. He tenido en los últimos años un contrato de interina que se terminó el 3 de noviembre. El 12 de noviembre comienzo en el hospital de Cruces. Pues cuál es mi sorpresa cuando el día 29 veo que no me ingresan la nómina. Llamó acelerada y cuál es mi sorpresa que al cambiar de tipo de contrato, Osakidetza nos ha estado adelantado la paga extra por el tema de la supresión que impuso el Gobierno de Rajoy. Pues bien, han tenido a bien reclamármela entera, por lo cual este mes no he cobrado ni un euro y el próximo tampoco, hasta regularizar dicha paga. Yo entiendo que a mí y a quien sea nos reclamen lo que sea en Derecho, pero por Dios, en mi casa no entran más ingresos que los míos. Osakidetza me condena a mí y a mis hijos a no comer durante dos meses. No se puede dejar a un trabajador sin cobrar un euro. Estoy mal, con una ansiedad bestial, me veo sin un duro y en estas fechas sin poder ni poner un Olentzero a mis hijos. Y lo que es peor, sin comer. Desde aquí pido una solución al Sr. Darpón. Creo que es de justicia.

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