Si existe un término que cristaliza o sintetiza el relato del bienestar adueñado por el neoliberalismo es sin duda «certidumbre».

Cual mantra que lo mismo certifica políticas económicas por ser la gran necesidad y motor económico. Que al mismo tiempo sintetiza el «modo de vida» neoliberal, y con el que juega a representar mediante su refuerzo del status quo.


Y no hay mejor manera de comprender la trampa de este concepto que ir a la pura definición del término. Tirando del diccionario de la RAE:

certidumbre
Del lat. tardío certitūdo, -ĭnis.
1. f. certeza.
2. f. desus. Obligación de cumplir algo.


Mientras juegan con la certeza en realidad hablan de hacernos cumplir con nuestro deber. La única certeza que desean es que nada cambie, que el statu quo se mantenga que sus beneficios crezcan, que sigamos creyendo en el capitalismo. Zanahoria de que podría ser mejor, podríamos emprender prosperar entrar en el garaje y salir millonarios. Y el palo, el socialismo y toda forma comunitaria no capitalista es el mal en sí mismo, es hambre y toda esa propaganda.



Lo dicho, mientras hacen marketing con la primera acepción, nos implantan y apuntalan un sistema que se instaura firmemente en la segunda. Cumplir, ser engranaje, mover la economía… Es la producción y sobretodo el consumo, quienes movemos la economía, los empresarios no crean riqueza, la acumulan. Y, si acaso, invierten para generar más retorno para sus bolsillos.

Mientras socialmente se puede adormecer una sociedad con pan y circo, la nueva religión, la cosmovisión que da sentido a que unos pocos acumulen mientras todos lo aceptamos, en realidad no es más que un juego de poli bueno poli malo.

Así que cuando la pandemia remita y salgamos del encierro es momento de cambiar su normalidad, la sociedad misma. Y hagamos verdad las palabras de Salvador Allende:

"Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor" Radio Magallanes, Salvador Allende se dirigía por última vez al pueblo chileno. 11 de septiembre de 1973.

Necesitamos, nos merecemos y conseguiremos una sociedad mejor. No una donde aspirar a subir de estatus y pasar de ser oprimido a opresor sino una donde el sustento para la vida sea una certeza, donde el bienestar sea una certeza, donde vivir sea una certeza.