Xabier Vila-Coia

Con las lenguas no se juega

«Si quiere la atención en castellano pulse 1. Si quiere la atención en inglés pulse 2. Si quiere la atención en catalán pulse 3».

Así es como recibe el contestador de Radiotelevisión Española (RTVE) a quien llama al ente para solicitar información. Felicidades para los catalanes, que son uno de los pocos pueblos sin estado que trabajan sin descanso para normalizar su idioma, al que cuidan y miman como si fuese una hija o una madre.

Pero, ¿qué sucede con los demás pueblos con lengua propia? ¿Acaso sus políticos no telefonean nunca a RTVE, aunque solo sea para preguntar por el pronóstico del tiempo. O para solicitar que les hagan una pequeña interview?

Y el gobierno central, que parece que se volvió periférico-selectivo, ¿no se ha dado cuenta de que en España existen otras tres o cuatro lenguas que merecen el mismo reconocimiento y tratamiento? ¡Ah! ¿Que no hay demanda de ellas? No hi ha cap problema: ya se sabe que la oferta crea su propia demanda. Pero más allá de eso, está unánimemente admitido que en las cuestiones culturales no opera el imperativo economicista, sino no habría subvenciones a la cultura.

En consecuencia, se ha de exigir a los señores ministros de los diferentes ramos que, por favor, añadan otros tres o cuatro números al sistema telefónico de RTVE y de los demás organismos que ofrecen este servicio de atención a los ciudadanos, de forma que se protejan todos los idiomas que existen en el estado. Como bien ordena la vigente Constitución (artículo 3.3): «La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección».

Y dejémonos de gaitas. Porque...: ¡con las lenguas no se juega!

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