Iñaki San Sebastián Hormaetxea

De desigualdades y pactos

Diría que los medios nos tienen bastante entretenidos a cuenta del yihadismo, el cambio climático, el posible reparto de votos el 20D, etc. Es normal que los ciudadanos de a pie, inmersos en nuestros problemas del día a día, nos preguntemos qué está pasando.

Por ejemplo, tiene que haber gato encerrado para que un minúsculo califato, en un rincón de Medio Oriente, ponga en pie de guerra al Occidente opulento. Sospechoso que la industria armamentística ha tenido un subidón de categoría en Bolsa. Al mismo tiempo, la catástrofe humanitaria que se vive a las puertas de Europa, no conmueve nuestras entrañas. Se ponen unos pañitos calientes, para lavar algunas conciencias, pero sin que se vislumbre una solución razonable, ni a corto, ni a medio plazo. Toda la propaganda se la llevan los pactos antiyihadistas, con una épica de santa cruzada, cuando lo que se necesitaría para atajar de raíz este drama sería alguna otra cosa. Por ejemplo un gran pacto anti-desigualdad social , entre los países del primer mundo, no para que toda la buena gente sea millonaria, sino para que pueda llegar a  vivir, con dignidad, en el nivel que le corresponda.

En cuanto al cambio climático, prefiero pasar de puntillas esperando ver cómo se va cumpliendo lo firmado en la reciente cumbre de Paris. De todos modos, aquí también asoma una desigualdad profunda entra las naciones más o menos desarrolladas. Vamos a ver si los países ricos empezamos a predicar con el ejemplo, sin pérdida de tiempo. Será la prueba de haber conseguido un buen pacto-anticontaminación y seguro que los países menos desarrollados nos acabarán siguiéndonos.

Y llegan las elecciones 20/D. Estamos casi a pie de urna, pero con el ambiente frío o al menos muy poco caldeado, en Euskal Herria. Las mayorías absolutas parecen no tener cabida, en esta ocasión, y no va a haber más remedio que pactar. La emoción está en el quien con quien y eso depende, también, de nuestra papeletita individual. ¿Nos quedaremos en casa?. ¿Votaremos, en plan conservador, pensando que más vale lo malo (viejo) conocido, que lo bueno (nuevo) por conocer? ¿O lo haremos en plan progresista, para hacer posible un pacto entre quienes denuncian el claro aumento de las desigualdades sociales, a lo largo de la última legislatura? Si nos preocupa una posible mayoría absoluta, azul-naranja, en el Parlamento madrileño, pongamos nuestro granito de arena para evitarlo. Cualquier pacto anti-desigualdad sería más ilusionante.

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