José Martín Alustiza Madinabeitia | Iruñea

De kiliki a Don Tancredo

El nombramiento por parte del Partido Popular, y la correspondiente aceptación de D. Jaime Ignacio Del Burgo para ocupar una de las 5 plazas de expertos juristas en la redacción del articulado del Nuevo Estatuto de Autogobierno Vasco, le convierten al conocido popularmente como «kiliki» en el «Don Tancredo» de la política. El sólo ante el peligro.

Don Tancredo fue una figura cómico-patética que saltó a los ruedos a principios del siglo pasado. Su actuación consistía en situarse inmovil sobre un pedestal en medio de la plaza de toros a esperar a que en la salida del toro, éste se acercase, olisquease la estatua y ante su inmovilidad, después de una tensa espera, la abandonase indemne ante la perplejidad y asombro de los espectadores. Aunque algunas veces el truco no funcionaba y salia vapuleado del lance.

No tengo constancia de que en Alsasua existiera plaza de toros, ni siquiera portátil, todo los más «sokamuturra». Parece ser, según las crónicas, que en alguna de ellas, Don Tancredo, sufriera alguna tarascada.

El Sr. Del Burgo, experto abogado foralista pamplonés, ejerce desde al menos 4 decenios de azote del nacionalismo vasco, lo que no es óbice para que él sea un acérrimo nacionalista español.

Quiere pasar por «navarrista», pero no pasa de ser un «navarrero», como ya he descrito en anteriores ocasiones en estas mismas páginas, cual es la diferencia entre uno y otro calificativo.

Sentirse navarro y español a la vez, cuando menos es incongruente, es incompatible, es como querer mezclar agua y aceite. Son inmiscibles. Al menos que seas un traidor descencendiente políticamente del Conde de Lerín y estés dispuesto a seguir entregando Navarra al invasor imperialista que a sangre y fuego acabó con la nación Navarra, para disfrutar de las prebendas que te concedan desde la Villa y Corte.

El PP, aprovechándose del odio visceral que profesa el personaje a todo lo que huela a vasco, lo incluye en la comisión de expertos con la intención de dinamitarla desde dentro.

El articulado que constituye la Constitución española tiene diversas interpretaciones y según se haga una u otra lectura caben distintas aplicaciones a incluir, o no, en las redacciones de los estatutos de autonomía de diferentes regiones. Así artículos que se incluyeron en los estatutos de autonomía de las comunidades de Andalucia o de Aragón sin ningún problema por parte del Tribunal Constitucional, fueron rechazados y suprimidos por éste del Estatuto de Autonomia de Cataluña, y consecuencia de ésta mutilación nos vemos en la situación que nos encontramos ahora.

¿Cual es la labor del Sr. Del Burgo en la comisión? Es fácil intuirlo: aplicar los criterios mas restrictivos de esa variada lectura y descafeinar el texto pactado entre PNV y EH Bildu, a sabiendas de que el resto de integrantes de la citada comisión de expertos avalan y dan encaje del texto en la Constitución. El sólo contra todos, ejerciendo de Don Tancredo.

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