De solidaridad, prevención, formación y servicios públicos
El pasado domingo 4 de mayo a la tarde hubo un incendio en una casa del pueblo de Zuhatzu que, afortunadamente, no tuvo mayores consecuencias. Pero no fue casualidad. Vamos a valorar lo que ocurrió como si fuera un examen a ver qué nota sale:
Una pareja de Urritzola (Arakil) que circulaba por la autovía de la Sakana vio salir humo de entre las tejas de una vivienda de Zuhatzu (Arakil). No solo llamaron al 112, sino que salieron de la autovía y avisaron a las personas de la casa, que desconocían que se estaba quemando. Además, alertaron a más vecinos del valle pidiendo ayuda. Un punto para esta pareja.
Se evacuó la casa y los demás vecinos y vecinas del pueblo comenzaron a sacar material de extinción que el Ayuntamiento y los concejos poseen en este valle, desplegando mangueras y abriendo los hidrantes para conectarlas. El segundo punto, para los y las vecinas.
Llegaron refuerzos desde Urrizola con más material y, combinando los recursos de los dos pueblos, comenzaron a extinguir las llamas. El tercer punto está asegurado.
Todo esto fue posible gracias a que en el valle, a través de su Ayuntamiento, se están impartiendo unas charlas a cargo de bomberos que viven en el valle y, de forma voluntaria, imparten información sobre prevención y autoprotección ante fuegos forestales y en viviendas. Cuarto punto para el Ayuntamiento de Arakil y esos bomberos.
Por uĺtimo, la llegada de los servicios de Emergencias que, en una tarde complicada, con accidentes e inundaciones, llegaron rápido y terminaron el trabajo de extinción y posteriormente, protegieron la cubierta con toldos en un día especialmente lluvioso.
Cinco de cinco.
Un sobresaliente para todas las personas que un domingo dejaron sus quehaceres para ayudar a sus vecinas y vecinos en un momento crítico, a los bomberos y al Ayuntamiento de Arakil.
Puede ser cuestión de suerte que, aquel domingo, cada persona se encontrara en el lugar adecuado para que la ecuación se resolviera de forma tan elegante.
Pero creo que detrás hay un trabajo de hacer valle, de pensar en los demás, de que se sabía cómo actuar y de que los recursos públicos funcionaron. En adelante dormiré más tranquila pensando que, sí me ocurre a mí, no estaré sola.
Mila esker denori.