Iulen Lizaso Aldalur | Hernani

Dignidad y agravios comparativos

Presentados los presupuestos para 2019, el Gobierno Vasco para sacarlos adelante necesita el apoyo de la oposición. Para ello, el PNV negocia con Elkarrekin-Podemos y EH Bildu en base a contrapartidas económicas para combatir la pobreza, tomadas de los 632 millones del superávit de 2018.

La abstención de dos parlamentarios les basta, pero aun siendo la opción mas asequible para el PNV, al decir de Ortuzar: «La propuesta de EH Bildu rebasa los fondos y las competencias», parece que ya no tiene encaje, pues sus contrapartidas agotan el superávit, ya que 279 millones tienen destino a fijo a pagar la deuda del Estado y el incremento en gasto social ha batido un récord.

Cuando Pedro Azpiazu y Josune Gorospe aseguran que 8 de cada 10 euros de esos 11.700 millones, «el 80% se dedican a políticas de protección social», por una parte impresiona, pero por otra choca que, a pesar de ello, se den en cada vez mas familias de la CAPV (incluso con trabajo) altas tasas de precariedad, pobreza y falta de asistencia por recortes en dependencia... algo no encaja.

No encaja, cuando a jubilados y viudas escuchas: toda la vida luchando en la calle por unos ingresos dignos, lo mismo cuando trabajas, como ahora en el último tramo de nuestra vida. Tampoco, estar en puestos de cabeza del PIB europeo y por otra en la cola en gasto social real per cápita respecto a ese PIB, incluso debajo de la media española, de Grecia, Portugal y Malta.

En 2011, el estado prestó 77.000 millones para sacar de la pobreza a la banca privada, y hoy ya se dan por perdidos 60.613 millones. En la CAPV la oposición pide que de esos 632 millones de superávit, además de los 279 para pagar esa deuda del estado, se destinen 350 millones a complementar las pensiones de 175.000 ciudadanos (principalmente viudas) y sacarles de la pobreza real como ya viene completando el GV a 15.000 pensionistas a través de la RGI y esto no choca con las competencias del Estado como dice Josu Erkoreka.

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