Resumen de la 1ª Parte: los vascos vivían aislados y autosuficientes con su lengua, su cultura, su deporte rural y su organización social igualitaria y colectiva cuando descubrieron desde las montañas que en la otra orilla había más personas… y decidieron convivir con ellos y construyeron un puente que llamaron «Puente de la Convivencia» al son del «Baga Biga Higa» (fin de la 1ª parte).

Segunda Parte: han pasado varios cientos de años y las cosas no son lo que parecía. La cultura milenaria ha sido sustituida por la globalización y el consumo, la agricultura autosuficiente por productos congelados importados de baja calidad procedentes de cualquier rincón del mundo, el deporte autóctono ha sido sustituido por el futbol, se ha reprimido la lengua y la capacidad de decisión, se ha invadido el territorio con ejércitos y policía, se ha reprimido la disidencia con tribunales y leyes de excepción, se ha encarcelado y torturado a los activistas sociales, que han sido trasladados a cárceles muy lejanas mas allá de la otra orilla del puente, se ha extraído la riqueza producida para subvencionar a otras regiones menos trabajadoras, se ha anulado a toda una generación de jóvenes que se ven obligados a buscar trabajo muy lejos de aquí, se ha lastrado la competitividad con el coste de una deuda externa no generada por los vascos y se ha puesto a un gobierno colaboracionista que participa y se beneficia de la estrategia de la otra orilla y que sigue hablando de las bondades de esa convivencia y de los beneficios del turismo y que ha contribuido a que la desigualdad entre unos y otros se dispare y que los precios del suelo y la vivienda sean extraordinariamente caros y fuera del alcance del pueblo… incluso el Puente de la Convivencia se renombró a Puente de Maria Cristina en honor de una aristocracia rancia impuesta desde la otra orilla. Un buen día los vascos decidieron recuperar su independencia perdida y mancillada y cerraron unilateralmente el puente bajo los sones del «Baga Biga Higa» hasta que la convivencia conllevara igualdad y justicia para todos.

Postdata: No hay que mentir a Europa con cuentos multimedia de Hansel y Gretel… Y menos aún mentirnos a nosotros mismos con palabras huecas y bien-sonantes…