El tiempo da y quita razones. Es el juez supremo. Este sábado quedó palpable en el Reale Arena la diferencia entre el futbol espectáculo, Real Sociedad, y el antediluviano, Athletic.

El resultado, 3-0,  soslaya comentario alguno.

La Real Sociedad ha construido una plantilla extraordinaria y sin caer en la euforia, siempre peligrosa y pendenciera, puede darnos grandes satisfacciones esta temporada. Pero ¡cuidado!, que esto no para, el martes espera el Augsburgo, un equipo peligroso, toda juventud, velocidad y hasta talento. El histórico Benfica portugués puede dar fe de ello.

Y la mejor noticia: Mikel Oyarzabal, nuestro estandarte, orgullo y esencia, parece que vuelve a ser lo que fue.

Zorionak denori.