Txaro Marquínez Idiáquez

El diputado señor Sola, de nuevo lo borda

Casualidades de la vida, el 27 de Diciembre, día de inicio de la vacunación en las residencias, el diputado señor Sola –Emilio Sola, diputado Políticas Sociales de Araba– fue entrevistado en un medio de comunicación escrito. Hay que reconocer que es el rey de los titulares. Nos deleitó con el de «los prefiero tristes antes que muertos», que él mismo reconoció que no había sido muy acertado, y se supera con «todo es mejorable, pero la gestión en las residencias ha sido correcta y hagas lo que hagas habrá críticas». Como sabe que la verdad no le ampara, utiliza el victimismo.

Trata de menospreciar a quienes estamos siendo críticas con la gestión de las Diputaciones, Gobierno vasco y Gobierno navarro, para con las residencias y centros de día. Da a entender que hablamos desde el desconocimiento y lo reafirma diciendo que no son críticas constructivas. Argumentos, por su parte, que describen claramente a quien habla desde la prepotencia, y no desde la razón. Somos muchos los familiares que hemos intentado aportar, que lo seguimos intentando, que hemos pedido tener palabra y ofrecido nuestra colaboración, teniendo como respuesta un portazo en las narices.

El Sr. Sola al inicio de la pandemia estuvo desaparecido y cuando decidió dar la cara fue, y sigue siendo, para faltar a la verdad. En su entrevista habla de que hubo muchos contagios y fallecidos en la primera ola, y que se está aguantando bastante bien en la segunda ola. ¿De verdad le parece que el número de contagios y fallecidos en esta llamada segunda ola, son para decir que se «está aguantando bastante bien»?

El Sr. Diputado miente con premeditacion y alevosía cuando dice que en la primera ola, cuando se cerraron las residencias y se aisló a los residentes en sus habitaciones, se activaron diferentes actividades en las residencias para paliar el aislamiento y para mantener un buen estado anímico y frenar el deterioro cognitivo.

¿Se puede ser más cínico para decir esto cuando sabe que es mentira? ¿Se puede tener semejante bajeza humana cuando sabe que el deterioro de la calidad asistencial en muchas residencias, públicas, privadas y concertadas, ha sido de juzgado de guardia? ¿Se puede obviar que ha habido una dejación en cuidados esenciales? ¿Se puede tener el valor de menospreciar a usuarios, a familiares, y a expertos, que hablan desde el conocimiento y coinciden en la mala gestión? ¿Se puede negar que hubo usuarios aislados en las habitaciones, con las persianas rotas y bolsas de plástico negras como cortinas?¿Se puede ocultar que hubo a familiares a los que se les prohibió llevar una televisión a su familiar? La lista de preguntas es, desgraciadamente, muy larga.

Decir que ha sido inevitable que haya habido tantas muertes, para justificar su gestión, es reconocer que nada le importan nuestros mayores. En estos 10 duros meses de pandemia, desde las instituciones se ha hablado mucho sobre nuestros mayores y sus cuidados, pero se ha hecho muy poco. Los ratios siguen siendo los mismos, las plantillas no se han aumentado, las condiciones laborales de las trabajadoras siguen siendo precarias. No se ha controlado que a las trabajadoras, previo a su incorporación, se les hiciera el test. No se han hecho los test a los usuarios, ni periódicamente, ni como en algún caso, cuando una trabajadora fue positiva, porque salud pública así lo consideró.

Lo que sí se ha hecho ha sido tratarnos a los familiares como apestados y como irresponsables, para tener “secuestrados” a nuestros mayores. Se sigue manteniendo un sistema de visitas y salidas, arbitrario e inhumano a todas luces. Porque, ¿sabe usted Sr. Sola que hay residencias en las que hay hijos, nueras y nietas, que a día de hoy, diez meses después, siguen sin ver a su madre, suegra y amama?¿Le parece que denunciar esto es criticar por criticar?¿Le parece que esta gestión es para que los diferentes diputados se den palmaditas en la espalda por su buen hacer? Su política de visitas y salidas no ha impedido los contagios, simple y llanamente porque el foco de las residencias no somos los familiares. Pero qué más da, que poco le importa, ¿verdad? Tiene su discurso muy bien aprendido y no salta ni una coma.

Recientemente, un estudio de una plataforma de expertos, así como un estudio seroepidemiológico, dejaba muy claro dónde está el foco de contagio en las residencias, y el porqué. La epidemióloga Maria Victoria Zunzunegui, una de las autoras del estudio, dice que es muy poco frecuente que el foco sean los familiares.

Qué decir de la “flexibilización” de las visitas y salidas en navidades. Un claro ejemplo de dictar normas basadas en el rédito político, en ningún caso en la prevención ni en la protección de nuestros mayores. No ha habido flexibilidad, puesto que en algunas residencias, en otras no, ya eran dos los familiares que podían realizar tanto visitas como salidas. ¿El día 24 de diciembre los familiares somos menos riesgo que el día 22? Porque… ¿no le llamará flexibilidad a que les podamos sacar un día a comer sabiendo que eso va acompañado de 14 días de aislamiento, no? Una vez más, los familiares hemos demostrado tener más conocimiento y respeto por nuestros mayores, que quienes están gestionando las residencias públicas, privadas y concertadas.

El modelo de servicio sociosanitario actual, ha hecho aguas. Somos muchas las personas que estamos trabajando para tejer los mimbres de un nuevo sistema de atención a los mayores. Se están dando pasos importantes, gracias a la colaboración altruista de muchas personas del ámbito de la salud, de la educación, del académico o del derecho, que están colaborando para que este debate que ya se ha iniciado en nuestra sociedad, vaya a más.

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