Iñigo Jaca Arrizabalaga

El familiar

El familiar se ha convertido en un actor más en la atención de los pacientes hospitalizados de Osakidetza. Sin ser sanitario, la costumbre le ha atribuido una función tan importante como la de la administración de la medicación oral al paciente. Así, la enfermera deja las pastillas en la bandeja del desayuno o en la mesilla, el familiar le hace tomar al paciente y la enfermera sin comprobar que las haya tomado clica en la historia afirmando que lo ha hecho. Sucede que, si no hay familiar o llega más tarde, seguirán las pastillas donde las enfermeras o auxiliares se las han dejado. En los países más desarrollados de Europa es inconcebible que los familiares tengan que organizarse para acompañar al enfermo en cada turno. Es impensable que tengan que pedir permisos en el trabajo para estas funciones, o en su caso tener que pagar a un cuidador. Tampoco parece prudente que haya tantos acompañantes y visitas en las habitaciones, cuando los pacientes necesitan reposo y sufren situaciones de gravedad.

Me ha tocado ver al personal de enfermería excesivamente ocupado, clicando muchos datos en el ordenador y cada vez más alejado de los cuidados directos y apoyo emocional al paciente. En todo caso, meter datos en el ordenador sin comprobarlos puede afectar a la seguridad del paciente. ¿Serán necesarias más enfermeras?

Search