Julio Grela Munilla

El imperialismo se vale solo, no rememos su barca

Con asombro leo el artículo del pasado domingo día 5 firmado por Raúl Zibechi. Los términos utilizados para denominar al Gobierno sandinista, ganador hace dos años de las elecciones que con una participación del 69% recibieron el 72% de los votos, con el epíteto de «régimen» se ha de tomar como un insulto, como una negación a la legitimidad para dirigir el país. Por supuesto no estoy de acuerdo ni coincido con los puntos de vista expresados en el artículo. Donde él ve jóvenes  ejerciendo el legítimo derecho a protestar contra un tirano, yo veo jóvenes armados hasta los dientes con caras que reflejan un odio sin límites. Bien armados y con un claro objetivo: crear caos, muerte, más de trescientas víctimas en los enfrentamientos entre los dos bandos, y sobre todo destrucción. Clínicas, escuelas, industrias, todo vale con tal de dejar un país en una ruina total.

En definitiva un verdadero golpe de Estado, que para su desesperación ha fracasado. Ni ese artículo, ni la recomendación de Pepe Mujica a Ortega, invitándole a que se vaya, les hacen falta a los yanquis para crear un nuevo Irangate. Claro está que lo agradecen, pues supone una división dentro de la izquierda, y todo suma. Si en lugar de centrarnos en denunciar las destituciones, en algunos casos con cárcel incluida, de presidentes nacionales, como Dilma y Lula en Brasil, Fernando Lugo en Paraguay, Cristina Kirchner en Argentina, Rafael Correa en Ecuador, el constante hostigamiento a Evo Morales y a Nicolás Maduro, con atentado incluido el pasado sábado, nos centramos únicamente en ver (y denunciar) sus errores, pobre Suramérica. Se había conseguido dar un meritorio vuelco a los «regímenes» impuestos por Norteamérica, recordemos las más de cien intervenciones directas o indirectas en la región, y de nuevo con paso lento pero firme, pues dinero y medios no les falta, están revirtiendo la tendencia. Por favor, desde la izquierda no les ayudemos, ellos solos se bastan. Cuando sea tarde y vengan los nuevos Anastasio Somoza se oirán los lamentos, pues ya se sabe que todos queremos lo que tenemos cuando no lo tenemos.

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