Enric Vivanco Fontquerni | Barcelona

El juicio

Una de las enseñanzas que ha aportado Max Weber, es que los partidos políticos eran «máquinas»: construcciones sin alma pensadas para soportar la rutina cotidiana de luchar por el poder y conservarlo. Las defensas que los políticos están llevando a cabo en el juicio, se podría resumir con: «nadar y guardar la ropa». El 1 de octubre, fue el triunfo de una ciudadanía que no se conforma, en ser, meros espectadores de esta lucha cainita que existe entre los diversos partidos políticos, como entre ellos mismos para estar mejor situados en la repartición de prebendas y sueldos. Los argumentos que todo lo que se hizo era política, y que no se firmó en ningún lado el resultado del gran éxito de la ciudadanía, que se comprometieron previamente en implementarlo, no es por desgracia ninguna novedad en Europa, como se está viendo en el Brexit. La política realizada por esta burocracia de partidos que Weber tituló de: «jaula de hierro», y dentro de ella está la ciudadanía, que hay unos cuantos que han tomado conciencia de ello. Esta mediocridad de los discursos balbuceantes de los encausados, que no asumen y no piden perdón por dejar tirados a los ciudadanos, que fueron a votar, empeñados en decir que tienen muchos ideales, pero que a la hora de la verdad lo que impera es seguir en su silla, sin grandes preocupaciones. Por ello brilla con luz propia, una persona digna que es, Jordi Cuixart, cuyo único objetivo y sigue siéndolo es que los ciudadanos tengamos una caja de herramientas en la que se pueda hacer política y no sucedáneos tramposos como estamos habituados. Escuchar sus argumentos en que la decencia estaba en estado puro, que evaporó todo el cinismo de una sala, que la historia juzgará como una prueba empírica que los humanoides todavía son mayoría en el siglo XXI. Todo lo contrario a lo que se puede observar y produce vergüenza ajena, como el señor Junqueras, se ha escondido entre los abogados y no está al lado de sus compañeros, como si no fuera para él, solo pensando en estas migajas de la política más misérrima. Si, este juicio da alas a los ciudadanos que pretenden mejorar una democracia que tiene inmensos déficits, y que en muchos casos es inexistente.

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