Javier Orcajada del Castillo | Bilbo

El sentimiento de felicidad de los vascos

Dicen los expertos que el factor básico para la felicidad de la ciudadanía es la sensación de seguridad. En función de ese ansia que tanto valoran los vascos, Eusko Jaurlaritza y Madrid nos ofrecen un dato que a todos nos enorgullece: en la CAPV existen 7 agentes por cada 1.000 habitantes entre los múltiples cuerpos que nos protegen hasta el hastío, colocándonos en el top del ranking europeo respecto a dicho parámetro. Aunque venturosamente hace tiempo que ha cesado la violencia, nuestro paisaje está decorado con la policromía de sus diferentes uniformes, diseño de los vehículos y luces de destellos que portan los vehículos de los diversos cuerpos. Esa satisfacción la hacemos extensiva también porque la nueva ley de policía entre otras novedades que incluirá prevé incrementar los sobresueldos de la Ertzaintza en 54 millones de euros para retribuir difusos servicios. Este cuerpo policial se ha convertido en un pozo sin fondo que no se corresponde con la calidad del servicio que presta, aunque es omnipresente, pero curiosamente para no estar en el momento y en el lugar necesario. La consejera de Orden Público debería reconocer que la violencia armada hace varios años ha cesado y podría aprovechar la oportunidad para acomodar sus huestes a las necesidades reales con ocasión de las nuevas contrataciones en sustitución de las bajas por jubilación que se producen. Sería el momento para reducir el humillante ratio que nos coloca a la cabeza del ranking de los países de Europa que más «gente de orden» nos protege y probablemente la que más cuesta a los contribuyentes. En lugar de reponer agentes, podría dedicar esas partidas a capacitarles en psicología y humanismo. Esos si que son valores y no el número de agentes...

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