Imanol Urtiaga

Enmienda a la totalidad

¡Glasgow es una estafa! El cambio climático es imparable, sí, pero es imparable no porque en Glasgow haya «mucho bla bla bla» y pocos hechos. El cambio climático es intrínseco a la propia existencia del planeta en el que vivimos. Las distintas glaciaciones así nos lo demuestran. Los cambios climáticos han sido una sucesión continua y cíclica en nuestro planeta durante millones de años. Ahora bien, la actividad del ser humano está acelerando el cambio por primera vez y eso nos asusta al mismo tiempo que no hacemos lo suficiente para evitarlo. Pensamos en el planeta desde el prisma de nuestro propio ser y cabe decir que es una visión muy humana, pero de muy corto alcance. Que el ser humano se asuste por la posibilidad de su propia extinción resulta tan fácil de comprender como contradictorio acertar a responder por qué acelera ese proceso.

No somos más ni menos que una mota de polvo en el universo. Podemos hacer tantas cumbres climáticas como queramos e incluso por primera vez tomar decisiones reales para cambiar de rumbo. Cambiemos nuestro modelo de vida, de consumo, de alimentación, en definitiva cambiemos ya por fin todo lo que ha de ser cambiado y aún así más tarde o más temprano la temperatura de nuestro planeta cambiará y nuestra especie desaparecerá.

Hagamos una reflexión sincera partiendo de la siguiente idea: ¿cómo podemos vivir con nuestras necesidades básicas cubiertas todos los seres humanos de este planeta aquí y ahora? Esa es la pregunta a la que tenemos que dar respuesta. El resto es igual de importante que irrelevante. El planeta seguirá su curso a pesar del ser humano.

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