El masajista-milagro, idolatrado por pelotaris, no hay más que leer las declaraciones que sobre él han realizado recientemente tanto el ya retirado Olaizola II como quien va a seguir su camino en breve, Oiñatz Bengoetxea, aizkolaris, harrijasotzailes, corredores pedestres, así como todo tipo de particulares atraídos por su saber hacer; pero, ante y, sobre todo, el hombre bueno por antonomasia, siempre dispuesto a colaborar con todo aquel que requiriese sus servicios. Desde esta atalaya, quisiera agradecerle todos sus desvelos durante más de cuarenta años, casi siempre a beneficio de inventario, con el remo sanjuandarra.