Iulen Lizaso Aldalur

Etzegarate: peajes y maridajes

Pienso que ha pasado el tiempo suficiente para cotejar datos y estadística, a partir de los cuales se pueda hacer un análisis y balance cuantitativo y cualitativo de lo que ha supuesto de mejora y perjuicio para unos y otros, imponer un peaje al transporte pesado de mercancías en la autovía Gasteiz-Irún correspondiente al tramo de Gipuzkoa.

Debido a su densidad de tráfico y siendo uno de los muchos afectados del gran impacto sonoro que produce la Autovía del Urumea, no dudo de que en su día los medios coincidieron con mi percepción en la primera semana, de un acusado descenso del tráfico de camiones con destino a la frontera francesa.

Una semana... no más, y nuestro gozo en un pozo. Así la pregunta procedente es: ¿a quienes y en qué, ha beneficiado la imposición de un canon o peaje a los que eligen Etzegarate (ante la doble opción autovía/autopista a su paso por Gasteiz) y transitan por la autovía del Urumea?

Tengo la idea de que con arreglo a las expectativas que en su día se hicieron y lo que es la realidad del hoy, la autopista está infrautilizada. No se de qué manera se está amortizando, pero quien debiera darse por aludido podía contestar: ¿cual sería el nuevo período de amortización pendiente de esa autopista, si la densidad de tráfico fuese la de esa semana o si lo comparamos con el tráfico y recaudación de hoy mismo?

Cuando nuestros políticos anunciaban de que a través del futuro ferrocarril y peaje en Etzegarate se rebajaría ese tráfico pesado en torno al 50%, los ciudadanos que sufrimos el impacto sonoro de esta autovía, les creímos y pusimos en ellos nuestra esperanza para mejora de nuestra calidad de vida.

El de hoy poco, pero el futuro tren de alta velocidad no va a sacar un solo camión y si en cambio se ha autorizado a «trenes» de hasta 60 toneladas (megatrucks) entrar en nuestras carreteras. ¿No está en contradicción con las medidas preventivas que anuncian tomar para frenar el calentamiento global?

Quizás conociendo este otro dato estadístico, también seríamos una excepción en Europa; así pregunto: de todo el movimiento de transporte pesado en cada país, ¿que porcentaje se hace por ferrocarril y cuanto por carretera?

La única que queda es que, nuestros políticos y demás conocedores de soluciones, busquen una nueva fórmula para que más camioneros que los que hoy, al llegar a Gasteiz elijan la autopista y no la autovía. Idear otra motivación para ellos... e ilusión para nosotros.

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