Euskal Herria y libertad
Llegamos a nuestro querido día, el día de nuestra patria, nuestro Aberri Eguna. Ese día donde nos unimos en un único objetivo y deseo, el de reclamar una identidad propia y poder construir una república vasca reconocida en el mundo. Conocemos los orígenes de esta celebración, de tiempos de Sabino Arana, donde los parámetros sociales y demás valores de la época distan mucho del momento actual que vivimos. Por mucho que presuman desde el partido político heredado del anteriormente citado, las gentes de bien de este pueblo milenario, no deben ni quieren someterse ni alinearse con aquellas viejas proclamas excluyentes y anacrónicas. No pretendemos cambiar nuestra historia ni la fecha elegida, la sentimos ya como propia, pero eso sí, con nuestras humildes aportaciones y con matizes más democráticos. Por ello la brillante idea de Euskal Herria Batera, cada compatriota que desee mande su mensaje y enseñe su bandera, la ikurrina y la navarra también como no. Y que todo el mundo se sume, aunque no tenga sus apellidos vascos ni sea nacionalista o independentista. Yo me quedo con la patria de Jorge Oteiza, de José Bergamín, de Alfonso Sastre y Eva Forest, también de Antonio Alvarez-Solís y de Pepa Flores, en definitiva, de toda la gente que ama esta tierra que va desde Mauleón hasta Lodosa y más allá. Como no, a toda esa familia dejada en el camino y de igual manera, a los que siguen en prisiones, nuestro mayor apoyo y cariño. Bienvenidos pues compañeros, dentro de nuestro encierro obligado, a celebrar nuestro día grande desde nuestros balcones y cantemos fuerte y alto, las primeras notas de nuestra marcha, la marcha por la libertad.