Juan Mari Arregi

Fiel proveedor de la cárcel concordataria de Zamora

Tras varios años de sufrir las consecuencias de un ictus, ha muerto el pasado 1 de julio en Gasteiz donde residía el abogado Luis María Damborenea. Fue el AMICE para mí, como yo era para él, habida cuenta de que durante nuestros viajes a la cárcel de concordataria de Zamora nos tratábamos y hablábamos, de forma divertida, también «in latino sermone», es decir en latín.

Es justo recordar y reconocer la arriesgada labor que este abogado realizó durante unos años ante la cárcel concordataria de Zamora, donde se encontraban cumpliendo condena de la dictadura franquista un grupo de sacerdotes vascos en los años 1968-1976. Especial atención tuvo con quienes fueron condenados a 10 y 12 años por una huelga de hambre y sus razones, así como con quienes, también curas, fueron condenados en el proceso de Burgos.

A la hora de reconocer su labor profesional hay que subrayar también su labor solidaria al arriesgar en su trabajo asumiendo introducir subrepticiamente en su cuerpo algún whisky y mucha propaganda política ilegal… lo que era lógicamente muy agradecido por los internos. Además de esos productos ilegales, mi AMICE abogado llevaba también en cada viaje una buena ración de comida legal que era preparada por el equipo de Astepe-Zornotza liderada por Txaro. Así, el AMICE se convirtió en intermediario-proveedor de la cárcel concordataria de Zamora.

Fui testigo de muchos de sus viajes y de las horas que pasaba en el interior de aquella cárcel zamorana. Porque yo que no podía entrar le esperaba en el exterior. Hasta ocho y diez horas se pasaba allí hablando con cada uno de sus «clientes». Y, además, ¡era divertido! ¡A cada cual lo suyo! Quousque tandem, Aloysius… Hasta cuándo, Luis… ¡Aúpa AMICE!

Search