Manu Ballesteros

Guerras mundiales

En la «pandemia» económica del 2008, en la Gran Recesión que se originó en Estados Unidos, se tomo la decisión sádica, fría y calculada de rescatar a los bancos antes que a las personas, ya que las clases dominantes, las grandes fortunas, se sentían inmunes a sucumbir al desastre económico.

En esta pandemia sanitaria nada clasistas que empezó en China hace unos meses hay que exigir rotundamente que no se puede dejar a la gente a su suerte otra vez, no se puede tolerar, se les tiene que rescatar, se les tiene que ayudar por lo menos en la misma cuantía con la que se rescataron a las entidades financieras. Sería muy canalla e inhumano volver a dejar a la gente tirada, cuando volvamos a «la normalidad», y además se estaría legitimar rotundamente la autodefensa más que nunca para sobrevivir como fuese, circunstancia peligrosísima que produciría más muertos que el «coronavirus».

En ambas Grandes Crisis se ha repetido el mantra de «ya nada será como antes», algo tremendamente grave, si se piensa qué eso se ha dicho dos veces consecutivas, «una encima de otra», en apenas diez años, en los cuales cuando parecía que se estaba acabando con las secuelas de la «tercera guerra mundial» empieza la siguiente, sin apenas de dar tiempo a recogerte «los heridos y muertos del campo de batalla».

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