¡Hay que tapar la corrupción… probemos con «La Pitada»!
Que la Audiencia Nacional obliga a un juez a investigar y reabrir un caso archivado porque la Fiscalía, apoyada por un sindicato como Manos Limpias cuyo máximo dirigente está encarcelado por extorsionador y por un partido político situado en la extrema derecha, VOX, que no ha logrado apenas votos, es sorprendente. Hablamos de investigar la pitada al himno nacional que tuvo lugar hace casi un año durante la final de la Copa del Rey, presidida por Felipe VI, en el Camp Nou mientras se disputaban el título el Barca y el Athletic.
El caso se cerró al considerar el juez que los hechos fueron idénticos o prácticamente afines a los sucedidos en 2009, cuando hubo otra pitada en presencia del Rey y con los mismos equipos en el terreno de juego; los magistrados consideran que esa pitada no debe quedarse sin castigo porque el «ambiente institucional respecto a la independencia de Cataluña en 2009 es muy diferente a la del 2015.»
Supone eso que algo que no fue delito antes, tiene que serlo ahora. Y que la situación política condiciona, una vez más, la decisión judicial. Es cierto, y así se ha reconocido una y mil veces, que la pitada fue y será siempre una falta de respeto pero ¡qué bien les está viniendo a muchos!
Veamos los componentes que tomaron parte en la denuncia, Manos Limpias, esta organización, autodenominada como 'sindicato', fue fundada en 1995 por su secretario general, abogado y ex secretario general del partido de ultraderecha Frente Nacional, Miguel Bernard guarda relación política con la Fuerza Nueva de Blas Piñar, el histórico dirigente fascista. Éste estuvo vinculado con los movimientos fascistas e inmovilistas que intentaron perpetuar el régimen franquista tras la Transición. Asimismo, esta organización, de corte ultraconservador, se ha erigido como defensora del régimen franquista e incluso fue condecorada por la Fundación Francisco Franco.
Y por otro lado, incordiando… Javier Tebas (fue delegado provincial en Huesca de las juventudes de Fuerza Nueva).
Porque sí, esto va de política, de volver a temas recurrentes para tapar otros que huelen tan mal que son imposibles de esconder… ¡Es lo habitual en el PP!