Días dificiles y muy duros los que vivimos. En estos trágicos momentos aflora lo mejor y lo peor de cada uno de nosotros, es cuando reálmente sabemos como es cada persona. Independientemente de viejas rencillas, discrepancias políticas, conflictos familiares... la sociedad ejerce una responsabilidad y mantiene a un lado todo lo anteriórmente citado. Responsabilidad que también debieran ejercer las autoridades competentes, sean los ahora gobernantes o los que intregan la oposición. No es momento para debates estériles, para la crítica ni el revanchismo, para denegar cualquier tipo de ayuda, venga de donde venga. Debemos aparcar nuestros ideales, nuetras ansias de cambiar el estatus establecido, en definitiva, posponer la revolución que tantos pedimos y reclamamos. Nuestra lucha es una lucha de hermandad, hermanados en una alianza conjunta que consiga una pronta superación de esta grave situación. No es ni será una proclama al belicismo, aunque así se refieran algunos dirigentes como es el caso del JEMAD español, lo que vivimos actualmente no es ninguna guerra ni contienda militar, más bien una nueva prueba para todos que nos conduzca a reflexionar en como tenemos que funcionar a futuro. Los criterios que vienen dominando a Occidente parecen superados, la lección que nos dan desde donde nació este virus llamado Covid-19 es magistral, nos llevan años de distancia. Sigamos comportándonos como lo estamos haciendo, recluidos en nuestros hogares, aplaudiendo a toda esa gente que entrega todo su ser por nuestra supervivencia, acordándonos de nuestros mayores, seres queridos, gente vulnerable, comunidad presa y demás familiares... Seamos hermanos en la lucha, viniéndome al recuerdo una gran canción de Dire Straits, "Brothers in arms", eso os recomiendo, escucharla en vuestro recogimiento, sin ser literal la traducción, viene a decirnos que el mayor arma de este mundo es la union del pueblo contra los peligros que nos acechan. Fuerza y honor.