Hipócritas
Hace escasos días importaba tanto la guerra entre Rusia y Ucrania que incluso veíamos banderas azules y amarillas colgadas de los balcones y mensajes en Twitter apoyando al país. Hoy, quizá por el desgaste del tiempo, se han quedado sin color y han decidido quitarlas por alteración estética de la fachada, pero el caso es que ya no ondean. O, simplemente, puede ser que al no ser ya portada de todos los medios no nos interesa que nuestros vecinos vean lo solidarios que somos. Ahora, damos el pésame de la Reina Isabel II. Es irónico que pasemos de preocuparnos de una guerra a lamentar el fallecimiento de una de las personas que más crímenes de guerra perpetró. Qué fácil es mover la mirada hacia otro lado. ¿Será que nos arrimamos al sol que más calienta? ¿Será que solo opinamos dependiendo de lo que está «de moda»? ¿Será que no pasamos de la portada de los periódicos?