Enric Vivanco Fontquerni

Interpretaciones varias

Según Deleuze, la izquierda «tiene la necesidad que las gentes piensen». En el fondo ser de derecha es tener la obligación que los afectados obedezcan a las leyes, a las tradiciones, a las leyes del mercado, a las normas del género, todo lo que se busca imponer como inexorable, universal, ungido del sentido común, «natural». Tal vez la ineficacia de la izquierda, consiste en confundir pensamiento, con marketing político.

De los tres poderes del Estado, el sistema judicial, se ha convertido en una máquina solo represiva, ya que el sistema garantista es el más ineficaz de todos, por la sencilla razón que no todos están en igualdad a la hora de ser juzgados. Es la negatividad por antonomasia, y todo lo que desemboca en una mirada alejada de la positividad, invalida el progreso en cualquier sociedad. En el mapa de Europa, en estos momentos se cruzan sentencias judiciales que no gustan a una parte de la población; en una consideran que es una forma de eliminar a un político que lo votan millones de personas; en el otro caso, consideran una sentencia como una afrenta, y piensan que la ejemplaridad es la solución. Lo más alarmante es que un mismo juicio al final cristaliza sentencias opuestas y que se contradicen de forma palmaria.

La lentitud, tan apreciada para una buena vida, en el sistema judicial, es una injusticia. En el proceso del político se ha tardado 10 años, y continúa. Es inadmisible que se juzgue después de 7 años, un accidente de automóvil en el que murió la accidentada, por un conductor que dio positivo en alcohol, y drogas, es de una injusticia máxima. No hay que ser un lince para poder apreciar que no funciona para nada este mecanismo y, además, tiene la posibilidad de poner el órgano olfativo por todos lados en el que en nada deben opinar. El sistema más operativo es el restaurativo, con un mínimo de legislación y un máximo de participación por parte de los litigantes con las correspondientes ofensas por ambos lados, y llegar a unos acuerdos de los querellantes que lo consideren como aceptables.

Cuando las familias eran extensas se podía controlar al que podía generar problemas. Ahora, como se han reducido a un mínimo, en muchos casos los vástagos son incontrolables, ya que su educación se externaliza, con el consiguiente perjuicio que genera a toda una sociedad el tener que soportar a auténticos salvajes, en el peor sentido del término. Por esto cada vez más hay que dedicar más dinero a la policía, que en una estructura con un buen funcionamiento es un dinero tirado, e innecesario: policía pública, policía privada, ojos que te van persiguiendo por todos lados, es el resultado de una sociedad que es un desastre sin paliativos. Indica que su operatividad no tiene ningún futuro y que lleva directamente a una colectividad controlada por una minoría para su servicio. Aunque se pueda adjetivar como se quiera, es la antítesis de una sociedad justa y tranquila.  

Atentamente,

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