Alfonso Jesús Olaz, Iruñea

¡Jesús de Nazaret, cristiano y alegre!

Un cristiano triste
Es un triste cristiano
¿Así cómo vas a ser testigo de Jesús?

Jesús fue y es el Cristo alegre.
A pesar de los pesares.
A pesar de los Cristianos.
A pesar de los Increyentes.
A pesar de las malditas cercas de la indiferencia.

Hasta horas antes de anunciar a sus amigos de la misión que tenía que cumplir
Fue el hombre más feliz y
alegre de toda Galilea
de todo su tiempo
de toda la tierra.

¡Un cristiano que no Sirve para nada!
¡Un cristiano que no Vive para servir, no sirve para Vivir!

¡Nos empeñamos en pedir a nuestro buen Jesús por todo:
por la salud, el dinero, el trabajo, el amor!

¡Pero somos incapaces de elevar nuestra Confianza
nuestros afectos y pensamientos para pedirle
que Cuente con Nosotros para ayudarle en su Reino de Paz y Justicia!

¡No nos creemos el Evangelio
el tesoro más grande todavía por descubrir en esta tierra de pasión y amor!

El tesoro que está a la vista
y todavía millones de hermanos
no saben nada de él.

Y pasan y pasan la muchedumbre somnolienta y desesperanzada . Y pasan encima del tesoro, y se dan con él en sus narices, y No se dan cuenta de que lo han tocado...

El tesoro que está al alcance de todos, no de unos pocos.
No de unos privilegiados.
No es de unos elegidos.
Sino de toda la Humanidad

La esperanza palpable y material de que es posible
la fraternidad Universal
recordada por el Maestro Judío de Nazaret.
¡Por el gran maestro y humilde servidor de todos!

Jesús, hermano, amigo y compañero.
Cuenta conmigo
para contarte al oído
y darte mis manos.
Y regalarte mi voz y toda mi acción para ser cómo
Tú.
Tú que jamás pediste nada para ti.

Excepto una cosa,
que fuéramos cómo Tú
para así ser sanadores y promotores de paz, alegría, amor y verdadera libertad
en el maravilloso corazón del hombre.

Porque tú nos prometiste algo muy hermoso.
«Que nosotros nos ocupáramos de tus cosas, y que tú te ocuparías de las nuestras». (Mt.6-33)

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