Quisiera contarles mi historia. Mis abuelos maternos y cinco tíos entre 16 y 24 años fueron cogidos por los franquistas. Los llevaron a un campo de concentración por ser socialistas republicanos, y por no haber cogido un arma ni matado a nadie... les requisaron todos sus bienes, un cine sonoro, una fragua donde trabajaban unos cuantos obreros, el coche y todos sus enseres. Los demás hijos, como eran pequeños, se quedaron con sus abuelos, pero con una mano delante y otra detrás, y se marcharon de Castuera a otros pueblos... y todavía no sabemos nada de donde están enterrados. Mi madre murió en la pandemia con 93 años y con las ganas de llevar flores a sus tumbas, pero se quedó sin poder hacerlo. Ahora yo sigo con esa ilusión de mi madre y, gracias a una asociación de Castuera llamada AMEC, que nos está ayudando mucho, han conseguido un monolito con todos los reconocidos por historiadores que saben que estuvieron en ese campo de concentración.