Iñaki Revuelta Lertxundi | Cantante

La noche más larga

Gran tristeza y muchos recuerdos al conocer el fallecimiento de Luis Eduardo Aute, uno de los más grandes compositores y poetas, entre otras muchas cosas. Los que amamos la música y mejor o peor nos animamos a promulgarla, sentimos un gran vacío al saber que tales genios nos abandonan en esta difícil aventura llamada vida. Me vienen a la memoria tantos temas suyos brillantes: Siglo XXI, No te desnudes todavía, Sin tu latido, Pasaba por aquí... Pero sin duda, la más emotiva, rica en sus letras y que perdurará para la posteridad, esa es “Al alba”. Canción magistral que denunciaba los últimos fusilamientos del régimen franquista, el último macabro crimen del genocida Francisco Franco. Desde muy pequeño la hemos tenido muy presente en mi casa, siendo un referente en nuestras vidas y a la vez, conciencia revolucionaria para saber afrontar el devenir de los acontecimientos históricos de nuestra tierra, Euskal Herria.

A lo largo de mi andanza musical, en el ámbito solidario y de memoria histórica en su mayoría, he tenido el honor de versionarla en varias ocasiones. Recuerdo una vez en Vallekas junto a mi hermano Beñat, en solidaridad con Andrés Bódalo y la noble lucha del campo andaluz, los compañeros del SAT. Compartiendo escenario con grandes como Salvador Amor y Gabriel Ortega (Rojo Cancionero), Elisa Serna, Antonio Carrillo de Gente del Pueblo... Encuentros inolvidables, de gentes solidarias venidas de todas las diferentes identidades nacionales, con el sueño de un mañana más justo y lleno de libertad. Pero si hay de alguien de quien me acuerdo especialmente, es de la familia de Jon Paredes "Txiki", uno de los asesinados que inspiró a Aute en aquella obra de arte. Como bien recalca mi buen amigo y hermano Martxelo Alvarez cada año en su memoria en el camposanto de Zarautz, no eran terroristas ni maleantes, sino luchadores antifascistas y por la libertad. Ahí, en ese lugar tan especial, entonamos cada año el Viento de Libertad. Viento que recoge el sentimiento de Antonia, madre de Txiki, de Diego, Perdi, Kepa, Lupe y toda la familia, que siguen reclamando un nuevo día, una luz que alumbre las tinieblas que dejaron los malos hombres... Una esperanza en fin, que finalice de una vez aquella trágica noche tan larga.

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