Aimar Arrieta

La peor lucha es la que no se hace

A nadie le apetece vivir en un círculo de personas donde haya que esconder quien eres en un armario, donde se tenga miedo al machito o donde se juzgue el color de piel o el acento. El feminismo es un movimiento social anticapitalista, ya que el capitalismo nunca ha dejado de ser un sistema machista y racista, que pide una igualdad de unas capacidades y unos derechos que tradicionalmente han estado reservados para los hombres blancos.

No es una fiesta, es una lucha y es muy bonito ser feminista el 8M, una fecha preciosa, no obstante el resto del año, hay gente a la que le da igual ser sufragista o no. En las revoluciones de antes había que estar una semana o el tiempo que hiciera falta en las calles para conseguir derechos, y encima las personas perdían dinero hasta lograr el propósito. Sin embargo, hoy en día se sale una jornada al año y no se obtiene lo esperado ya que así es imposible romper, por ejemplo, con la brecha salarial entre hombres y mujeres.

Después del 8M la sociedad se está preguntando que pasará, ya que millones de mujeres, y muchos hombres, quieren acabar con el machismo. Hay sed de igualdad, pero teniendo en cuenta que se quiere conseguir todo desde casa, con el tazón de Cola Cao, y moviéndose lo menos posible, es difícil conseguir lo que se espera, una simetría en la sociedad entre todos los seres humanos.

La liberación de la mujer en una sociedad patriarcal es fundamental para vivir en paz y armonía. Yo soy como ustedes, un juguete en una enorme mano llamado capitalismo y como dijo Karl Marx: «La peor lucha es la que no se hace».

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