Manu Ballesteros

Las vergüenzas democráticas

Los «valores democráticos», de las noticias falsas, las difamaciones, las cloacas del Estado, las mentiras y el juego sucio (lo que las personas decentes llaman «Las vergüenzas democráticas») que le llevaron a Rajoy a la mayoría absoluta con un tercio del electorado, han hecho que ese mismo porcentaje se repita con el trifachito en la actualidad.

Lo que demuestra que la fidelidad conservadora o muy conservadora es igual o similar a la disciplinada militancia de los que votan regionalismo, nacionalismo o independentismo.

Por eso, para combatir esos repugnantes y mal llamados «valores», y para ello hay que incidir sobre el tercio del electorado (aproximadamente) que no vota por pasividad, y hacer que se movilicen por activa o por pasiva, haciendo el voto obligatorio, para que dejen de ocultarse y ampararse en la nebulosa abstencionistas y hacerles sentir culpables ya que su pasivo abstencionismo oxigena a la extrema derecha y a lo peor de la sociedad.

 

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