Silvia Jiménez Villanueva | Iruña Oka

Mari Domingi maitia

Este año quiero pedirte algo muy difícil: justicia real. Justicia de verdad.

Algo muy difícil cuando el Tribunal Supremo decide no obedecer la normativa europea y mirar hacia otro lado.

Y, además, necesito que esa justicia de Europa sea rápida en llegar y que el Supremo no decida rechazar el recurso de casación por IRPH (índice opaco de referencia de préstamos hipotecarios), castigándome así con no poder reclamar un abuso bancario que no cumple ni las propias normativas del Banco de España.

Saben, como todos nosotros, que Europa nuevamente les va a regañar y corregir (son tantos temas ya...) pero, mientras tanto, las muchas familias que nos estamos dejando el pellejo y la economía en pelearlo en tribunales, corremos el riesgo de perder el derecho a la justicia. Añadido a lo mucho perdido por el camino: calidad de vida para criar a nuestros hijos e hijas con dignidad, horas de sueño ante la impotencia de esta injusticia, estabilidad familiar, en los peores casos la propia vivienda, o incluso la vida como la grave consecuencia de los desahucios inhumanos.

Esta es la estrategia del Tribunal Supremo, consentida por el Estado y por los grupos políticos que no apoyan esta reclamación.

Hasta que Europa no les obligue (que lo hará) a cumplir la ley, quieren quitarse de encima la mayor cantidad de casos de IRPH posibles, dejándonos como «cosa juzgada» y amordazar así la voz de parte del 1.300.000 de familias afectadas por este índice opaco y no transparente. Así, cuando por fin estén obligados a devolver el dinero cobrado de más, la Justicia española habrá brindado a la banca este plazo de amnistía, para ahorrarse muchos miles de euros de personas que solo estábamos ejerciendo nuestro derecho a pagar una vivienda digna.

Si quisiera regalos, se los pediría a Olentzero, pero como esto es algo más difícil, he pensado en pedírtelo a ti, que estarás más acostumbrada a complicaciones, ya que te ha tocado ser mujer, y de izquierdas…

Muxu handi bat!

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