Mezquita en Zabalgana
Parece de nuevo una broma de mal gusto. Tras la polémica pública vecinal que tuvo lugar en Vitoria-Gasteiz, en el tramo Maroto, con respecto a la intención de iniciar unas simples obras de acondicionamiento de una lonja-bajera en el barrio de Zaramaga, que contaba con la licencia de obra correspondiente, no fue posible, ni tan siquiera que se iniciaran las obras. Determinadas manifestaciones vecinales, más acciones clandestinas de penalización religiosa (manchar de sangre el local), más el interés político del YA, Sr. Ex Alcalde Javier Maroto, cerraron en falso un interesado conflicto vecinal-religioso-cultural.
Las reacciones a favor del ejercicio libre de un derecho constitucional (Libertad Religiosa) fueron limitadas a algunas concentraciones y determinados posicionamientos en la prensa.
De nuevo, en el barrio de nueva planta de Zabalgana, se intenta reproducir mal fotocopiado un conflicto artificial. Una especie de progrom de pasquín clandestino ha sido distribuido entre la vecindad local insistiendo en que la apertura de dicho local no será bien recibida. Los nuevos vecinos y vecinas, que desean que dicho local se abra en condiciones de legalidad, son tan vecinos y vecinas como todos los demás, conviene no olvidarlo.
Los nuevos y ya establecidos vecinos y vecinas de distinta creencia religiosa ejercen su derecho en términos de igualdad con las demás opciones: Evangélicos, Mormones, Adventistas, Protestantes, etc. Así debe de ser.
Lo excepcional, es que el nuevo Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, se ofrezca como mediador en este, por el momento, conflicto vecinal-religioso en ciernes. No estamos de acuerdo, y ello, por la simple razón, de que los ayuntamientos en general, y también el de Vitoria-Gasteiz, han de ser garantes del cumplimiento de sus propias resoluciones del carácter que estas sean: licencia de obras o acuerdos de cualquier otra naturaleza. Lo demás, es un gesto de buena voluntad, que coloca en desequilibrio a las partes, porque si hay mediación, aunque sea a título preventivo, significa que en este tema, o cualquier otro, una parte tiene razón y la contraria tiene menos. El ayuntamiento, debe de aplicar sus normas haciéndolas respetar, simplemente.
Por otra parte, el ayuntamiento o cualquier otra entidad o entidades privadas o públicas, están todas legitimadas para llevar a cabo las campañas de sensibilización social-vecinal que crean convenientes en esta circunstancia o en otras cualesquiera. Les animamos a ello, a fin de que, los nuevos vecinos y vecinas lo seamos a todos los efectos, dejando en el cajón de la memoria olvidados los prejuicios, discriminaciones, islamofobias y marginaciones habituales.