Mucho amor… y poca participación
Un año y medio ha pasado ya desde el acto de investidura y en inicio de la nueva legislatura 2015-2019, fue un día en el que nos emocionamos, y no porque éramos un grupo de ciudadanas que accedían a la política por primera vez, sino porque oímos hablar al actual alcalde de participación, transparencia, de abrir el ayuntamiento a aires nuevos. Y esto, en un ayuntamiento como el de Hernani, cuanto menos era ilusionante, un reto.
Desde aquel tiempo, y hasta hoy, la izquierda abertzale viene pronunciando un discurso muy inclusivo, participativo, y con mucho amor… si mucho amor y cariño.
Pero la realidad, y el día a día, es lo que da sentido a todas estas palabras, participación, transparencia (tantas veces utilizadas sin sentido) y compartir y convivir con las diferentes para hacer políticas distintas. Y todo esto en Hernani se ha traducido en que el Equipo de gobierno no ha dejado ni las migajas a la oposición, de los once organismos supramunicipales; Añarbe, Garraio agintaritza, Euskal fondoa, Aiako Harria, Behemendi, Industrialdea, San Marko, Garbitania, Udalbiltza, Eudel y la más esperada y querida Beterri, y de sus catorce puestos de representación no hay ningún miembro de la oposición.
Otro gesto que denota poca transparencia y participación es que por decisión del alcalde la representación en órganos tan importantes como la Mesa de Contratación, esté limitada al equipo de gobierno y a un miembro de la oposición, en este caso, del grupo más votado.
Somos conscientes de que EH Bildu tiene mayoría absoluta en Hernani y como tal la ejercen, pero entre la opacidad y censura en la información, lo que dijeron en su discurso no lo están demostrando con los hechos.