Manu Ballesteros

No nos dejemos engañar ni derrotar

Qué poco se practica la proporcionalidad y qué mucho las generalidades, y los supuestos de ponernos siempre «en lo peor», lo que provoca comportamientos temerosos y hace una sociedad pusilánime muy a juego con la ideología conservadora y de extrema derecha, circunstancia que es abonada constantemente por la mayoría de los medios de comunicación; ya qué si no hay noticias nuevas, sé exageran las que hay, o directamente se inventan falsas. Si se utilizasen los porcentajes, siendo un reflejo más fidedigno de la realidad, no tendrían el morbo suficiente para enganchar a ese público zángano y nada exigente, y que no sabe distinguir entre lo que pasa y las veces que pasa, que es donde tendría que estar la verdadera noticia importante.

Es como la valoración que hacemos de la sociedad, que lo más normal es que se diga que es una sociedad de «mierda», sobre todo después de ver la televisión y sufrir la resonancia que se hace de esas situaciones graves minoritarias, emitidas en bucle.

Tendrían que pensar esos derrotistas, cuando a lo largo de su vida han tenido que ser juzgados o evaluados por alguna cuestión, que un 5 sobre 10 era una nota de aprobado que merecía la pena, y no se desechaba aunque no se hubiese conseguido un pleno absoluto; incluso con un 4,9 se hablaba con la persona «examinadora» para ver si le podía sacar una décima más y salir airoso de esa situación, aunque se estuviese muy lejos de la añorada excelencia, a la que siempre se tiene que tener como referencia para ir mejorando en el futuro.

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