En una película yanqui, en un debate electoral el candidato de la burguesía, juez de profesión, se enfrenta con otro candidato de perfil popular. El juez busca humillar a su oponente: «no puedo discutir con usted, pues no tiene capacidad ni conocimientos», a lo que le responde el interpelado: «Vd. tiene el poder y el prestigio social, pero los votos de la ciudadanía los tengo yo, aunque no sea juez, pues el pueblo confía en mi y no en usted». Obtiene más votos el del pueblo, aunque el juez consigue el cargo valiéndose de argucias judiciales. En el juicio al Fiscal General del Estado en España el Tribunal Supremo, cuatro días de finalizar el juicio le condena a penas bien detalladas, pero sin aportar sentencia, remitiendo vagamente a hallarse en proceso de redacción y se publicará oportunamente. Catedráticos y expertos en derecho expresan su extrañeza por lo anómalo del procedimiento, pues, normalmente tarda en publicar las sentencias mucho más, sobre todo en un juicio tan complejo. y extenso como el del Fiscal General, lo que hace suponer que las penas estaban previamente acordadas según los comentarios de Garzón, Perez Royo, Dolores Delgado o Martín Pallín entre otros, por tanto, se desconocen los fundamentos de las penas, lo cual, a su juicio sería un «golpe de estado blando». Convergen muchas circunstancias, que para los no expertos en leyes, pero preocupados por la justicia, se está produciendo la invasión del poder judicial en el ejecutivo, pues, según Martin Pallín y Garzón, el Supremo es el reducto de los poderes fácticos frente a las normas para actualizar la justicia española a las europeas que el TEDH y TJUE están provocando la revocación de sentencias del Supremo y Constitucional y su desprestigio. Sí, la justicia democrática debe ser posible criticarse y es el punto débil de Sanchez que arriesga precipitar su derrota y las esperanzas de regeneración de toda la ciudadanía a la que le falta el vigor y decisión de apostar por la democracia plena y deje definitivamente los fantasmas del fascismo que busca secuestrarla.


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