Nobel de la Paz a terroristas
Con motivo de la concesión del Nobel al Presidente Santos de Colombia, recibe continuos elogios por el coraje demostrado para conseguir el fin de la violencia armada sin vencedores ni vencidos, aunque el acuerdo con la guerrilla haya sido rechazado en referéndum. Es motivo de general satisfacción en todos los países, especialmente en los que han sufrido las consecuencias de violencia armada, si bien parece que se olvida intencionadamente que Santos fue el Ministro responsable de la guerra sucia del gobierno de Uribe con el propósito imposible, visto que han pasado 50 años, de derrotar por las armas a la guerrilla. Fue el furibundo ejecutor de la política represora, reprimiendo las fuerzas armadas y policiales indiscriminadamente a la población civil, con asesoramiento, armamento y servicios de inteligencia de expertos en la lucha antisubversiva de EEUU.
Todo ese pasado de horror de ambos contendientes se ha dado por bueno porque finalmente se ha firmado la paz, pero no conviene olvidar la historia para no repetir el dolor de inocentes. Nelson Mandela llegó a presidente de Sudáfrica después de permanecer en prisión más de 25 años condenado por terrorista, recibió el Nobel de la Paz. A Isaac Rabin, Presidente de Israel, se le concedió a pesar de ser el responsable de masacrar a los palestinos. También le fue concedido a Henry Kissinger, el halcón que derrocó a Allende apoyando a Pinochet. Así, pues, el Nobel se otorga con criterios no siempre fundados en la paz y no sería extraño encontrar a Felipe González, G. Bush, Hassad, Aznar, Rajoy o algún iluminado del ISIS ante el Parlamento de Noruega.
Bastaría algún opinion-maker con apoyo de la prensa internacional. Si surgiera en España un Ernesto Sábato con coraje para redactar lo aun oculto de la guerra civil, la dictadura franquista y la Transición, un informe semejante al que presentó para la CONADEP titulado ‘Nunca más’ sobre las hazañas de la Junta Militar de Argentina, quizá no nos sorprenderíamos si algún día se concediera el Nobel de la Paz a algún vasco condenado por terrorismo después de cumplir la sentencia en prisión que se le impuso, ganado las elecciones y proclamado lehendakari del Gobierno Vasco. También premiaron a Obama a pesar de que crea que La Paz es sólo la capital de Bolivia.