Javier Orcajada del Castillo | Bilbo

Nuevas hazañas de la Ertzaintza

La policía vasca se ha convertido por derecho propio en basurero de rumores para la prensa por sus errores, prepotencia y actuaciones poco meditadas. Es la institución de la que el Gobierno Vasco alardea como el paradigma de las competencias arrancadas a Madrid. Pero realmente es el origen del descrédito que viene acumulando desde su creación. A todo el proceso que sigue al oscuro affaire por la muerte en extrañas circunstancias de Iñigo Cabacas por el impacto de las pelotas asesinas, de los errores y de la intención de ocultar diversos y torpes episodios por los cambios de versión que hicieron dudar a la opinión pública de lo que realmente sucedió, haciendo que la credibilidad de la policía vasca se equipare a la de las FSE y que el final parezca a una comedia de enredo si no fuera trágico, pues la sentencia determina que no hubo culpables a pesar de las pruebas contundentes. El responsable del operativo, Jorge Aldekoa, dimite reconociendo errores, malas praxis, etc, o sea, tiran de manual. Pero la sorpresa se produce al día siguiente, pues se le nombra asesor de los «beltzak», precisamente el cuerpo al que pertenece el valiente agente que se oculta y que disparó la pelota mortal. Recientemente una joven que ejercía su derecho a manifestarse, otro agente le hiere con una nueva munición, por lo visto, más benigna y agradable rompiéndole la mandíbula por dos partes. Disculpas, promesas de investigación y la consejera de Seguridad da explicaciones afirmando que se ha abierto una investigación, pero afirma por adelantado con argumentos de sainete que sus huestes actuaron con proporcionalidad. En Getxo varios ertzainas llevan a una señora a comisaría porque les recriminó el trato violento y humillante a un mendigo. Fueron tan torpes que después de una paliza no se percataron de que el episodio fue grabado por cámaras automáticas instaladas, con lo que el espectáculo estaba servido imposibilitándoles argumentar las habituales disculpas, pues todo estaba registrado. Parece evidente que nuestros protectores han sido «educados» con técnicas y manuales de sus primos guardia civiles y policías nacionales, siguiendo sus protocolos, pues primero disparan y después los «estrategas» elaboran la versión adecuada para tranquilizar a la ciudadanía que ya no les creen. 

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