Daniel Jiménez Gil, Tutera

A golpes con el euskera, el pan de cada día

La concejala de Servicios Sociales, Anichu Agüera (UPN), señaló en el pleno municipal que el Ayuntamiento de Tudela no hacía alusión al euskera en el cartel del día contra la violencia machista porque, cito con palabras textuales de la edil tudelana «el que lo habla ya entiende castellano y si no tiene un problema».

Una vez más, este Ayuntamiento refleja un claro odio hacia la lengua de todos los navarros. No nos extraña el posicionamiento que toma la presidenta del comité local de UPN en Tudela ya que, todos conocemos la trayectoria política que ha llevado y sigue llevando su partido en contra de todo lo relacionado con el euskera.

Son cientos de golpes los que ha recibido nuestra lengua a lo largo de los siglos y me gustaría citar unos ejemplos de ellos:

Año 1772: Una Real Cédula de Carlos III prohíbe la contabilidad en euskera a «todos los mercaderes y comerciantes de por mayor y menor».

Año 1776: Se prohíben los libros en euskera y catalán.

Año 1862: Se prohíbe el euskera y el catalán en todo tipo de escrituras públicas: «los instrumentos públicos se redactarán en lengua castellana».

Año 1896: Prohibición de hablar por teléfono o mandar telégrafos en euskera o catalán.

Año 1923: Se prohíbe además el euskera y el catalán en actos oficiales durante el régimen de Alfonso XIII y la dictadura de Primo de Rivera: «no podrá usarse por las personas investidas de autoridad otro idioma que el castellano, que es el oficial del Estado español».

Año 1925: Se retiran todos los libros de texto «que no estuviesen escritos en español» y tendrán suspensión de empleo y sueldo quienes enseñen en euskera o catalán.

1937: Comienzo de la dictadura de Franco, centralización, idioma único, nación única. Prohibición de hablar en euskera y cualquier signo cultural vasco (como tocar el txistu). La represión sobre la población euskaldun se produce con penas de cárcel y escarnio social (rapar el pelo a las mujeres, insultos, paseillos etc.). Cárcel, interrogatorios y vejaciones de todo tipo sobre todo a las mujeres, además de todo tipo de desprecio.

Año 1944: Prohibido el euskera y el catalán en las escrituras públicas.

Año 1947: Prohibidos en las revistas.

Año 1948: Prohibidos de nuevo en las escuelas.

Año 1954: Prohibidos en las radios.

Año 1964: Prohibidos en discos y publicidad.

Es sorprendente como la “lingua navarrorum” ha sobrevivido hasta nuestros días con tanta zancadilla en su camino. Son los mal llamados navarros los que ahora entorpecen su aprendizaje y su uso en zonas como la Ribera.

Termino con una frase del pamplonés Arturo Campión «sepamos los nabarros todos que los ascendientes nuestros se entendían en euskera y cuando usemos otro idioma en vez de enorgullecernos sepamos todos que llevamos todos algo que se parece al hierro de la servidumbre marcado en la espalda».

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