Tal y como ya anunció hace meses, el Gobierno francés ha soltado dos osas de procedencia Eslovena en la zona del Bearn. Esta reposición intenta reforzar la exigua población de solo dos osos machos en el núcleo occidental del Pirineo. Ganaderos a ambos lados de la muga muestran su rechazo y el Gobierno de Navarra critica la decisión unilateral del Gobierno francés, le reclama falta de información y subraya los problemas que a su juicio ocasionaran estas dos osas en Roncal.

Conviene recordar que este y anteriores gobiernos de Navarra han desoído las peticiones que desde organizaciones científicas, conservacionistas y ecologistas hemos venido realizando en favor de las sueltas. Hace 22 años el Gobierno francés efectuó la primera suelta atendiendo al mandato europeo que obliga a sus Estados miembros a proteger el oso pardo. Hasta la fecha ya lleva cuatro sueltas con notable éxito porque la población ha pasado de contarse con los dedos de una mano a alcanzar los 43 individuos, casi todos en el sector oriental de la cordillera.

Los diferentes gobiernos de Navarra, al igual que Aragón, lejos de implicarse en esta tarea, han rechazado proyectos europeos dotados de sustanciosas partidas económicas dirigidas a garantizar la coexistencia entre ganadería y oso. Ahora no es momento de lamentar decisiones en las que no se ha querido participar. Es hora de arrimar el hombro, de atender como en los últimos años los eventuales ataques al ganado, pero priorizando la prevención de daños tales como la construcción de cercados, cría y mantenimiento de mastines, contratación de pastores, etc. Con todo, la ganadería tradicional no es el único recurso económico del Roncal. El sector turístico cada vez tiene más fuerza, y tal y como sucede en el valle de Aran donde se están generando actividades turísticas en torno al oso, Roncal también debe aprovechar las oportunidades que el oso le brinda.