Mari Jose Resa Sagarzazu

Relevo Generacional

Pertenezco a la novena promoción de ATS de Donostia. En el año 1975, varias compañeras fuimos a trabajar al Instituto Oncológico: éramos jóvenes, alegres y teníamos mucha ilusión.

Aprendimos poco a poco, crecimos como personas y profesionales, siendo conscientes de la situación tan dura por la que estaban atravesando las personas que atendíamos. Durante años hemos recibido muchísimo cariño y agradecimiento por parte de pacientes y familiares, tanto, que a veces no llegábamos a entender qué habíamos hecho para recibirlo.

Llegó nuestra esperada jubilación, y con ella llegó la noticia: el amor de mi vida, mi marido Josean, tenía un cáncer de páncreas. No dudamos en acudir a Onkologikoa, y ahora que me encuentro en el otro lado, veo la situación con otra perspectiva. En todo momento nos hemos sentido arropados por el magnífico equipo que nos ha atendido, con el cariño, con los detalles para nuestro bienestar, con su empatía, su juventud y sus sonrisas. No se puede explicar con palabras. El trato que recibimos marca la diferencia, y solo puedo agradecerlo.

Hago extensivo este agradecimiento no solo a Hospitalización, donde hemos pasado la mayor parte del tiempo, también a todo el hospital con sus estamentos.

Onkologikoa seguid así, adelante, no perdáis esa humanidad que siempre nos ha caracterizado. Mila esker.

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