Pedro Mari Usandizaga Añorga | Ondarroa

Otra película del PP, Cristina Cifuentes

Aseguraba Cifuentes en Telecinco que las cremas que escondió en el supermercado estaban en su bolso, que lo «metió por equivocación». Aclara que: «Me sorprende que ese asunto se haya utilizado para destruirme políticamente». Lo cachondo es esta salida, el «fuego amigo» y «las cloacas del Estado». Yo vi en el televisor de mi casa que un empleado le llevo a una sala, para cachearle y supongo vieron millones de personas que con que lo grabaron, el supermercado no tendría ninguna duda para hacer lo que hizo. Asegura Cifuentes, para defenderse del «el caso Púnica», que ella no se ha llevado «ni un euro público de los madrileños». Nadie le acusa de haber amañado una adjudicación sino que benefició a uno de los donantes de dinero negro del PP.

Aseguraba Cifuentes, que si la causa de su máster presuntamente regalado hubiera acabado en el Supremo, se habría acabado. La expresidenta de Madrid con respeto al regalo, se benefició de las decisiones de alto tribunal con respeto al regalo de títulos, ella está acusada de falsedad documental, intentando rebatir las informaciones publicadas en su día. Total, ella fue más allá del supuesto regalo de un Máster.

Aseguraba Cifuentes que ha sido víctima de «una tormenta perfecta» que atribuye a algún empresario. No contestó a la pregunta era práctica habitual de antecesores.

Aseguraba Cifuentes que los dirigentes de su partido la han dejado sola: «Es algo muy doloroso, incluso de personas que me lo deben todo políticamente». La expresidenta de Madrid está recibiendo el mismo trato que ella dispensó, cuando empezó a jugar a ser la sucesora de Mariano Rajoy. Ella ahora que lamenta que en este país la imputación ya es socialmente condena, practicó exactamente eso. Es muy cruel, pero a Cifuentes no se lo parecía por aquel entonces. Así es la vida.

Salud y República.

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