Charo Larraya Mendaza

Pendiendo de un hilo

Enfadados, nerviosos, aturdidos, no sé… sentimos todo eso a la vez. No llegamos a entender la postura de nuestra señora consejera de Educación.

La Plataforma de Interinos Docentes de Navarra se ha reunido con ella ya en dos ocasiones. Nos ha hecho creer que entiende lógico que queramos dejar de ser los más perjudicados de todos los interinos españoles. Hemos argumentado que se tenga en consideración que ya hemos aprobado otros procesos selectivos y que la experiencia es la base de la calidad en educación, que hemos sacado adelante la educación en duros tiempos de recortes y que estamos en continuo proceso de formación e innovación promovido en parte por el propio departamento, y en mayor parte originada por nuestras propias inquietudes y financiada por nuestros propios bolsillos…

Después de años y años sin pruebas de oposición en muchas especialidades, los interinos hemos llegado a suponer más del 30 por ciento de las plantillas. Estamos ante lo que podría considerarse un fraude de ley, por lo que el gobierno central ha recibido un tirón de orejas desde Europa obligándole a bajar esa tasa a un 8 por ciento. Y la forma elegida para hacerlo ha sido una oferta de empleo público que va a hacer, en la práctica, que se sustituya a las personas que llevan tiempo ocupando esos puestos de trabajo por otras nuevas. En la empresa privada se premia la experiencia, el saber anticiparse a los problemas y tener las herramientas para solventarlos lo antes posible. Aquí no, después de todo ese tiempo, resulta que no valemos… Aquí te echan.

Aquí ni siquiera nos tratan como a nuestros compañeros de otras comunidades y si no aprobamos unos exámenes teóricos caducos, subjetivos, y alejados de la realidad de las aulas, nos vamos a la calle. Bueno no, nos vamos al final de una larga lista a la que nunca llegarán los contratos.

Nos hemos reunido con la señora consejera en dos ocasiones, en las que con datos de otras comunidades, tablas comparativas y toda clase de argumentos lógicos y jurídicos, le hemos puesto en bandeja la oportunidad de redactar una Orden Foral para los interinos que impida el mayor ERE encubierto de la historia y que sea justa tanto para las personas que han terminado ahora la carrera como con las personas que ya tienen experiencia como docentes y aquellas que ya han aprobado las oposiciones en otras convocatorias.

Pasan los días y esa Orden Foral no termina de ver la luz. Solo nos queda hacer suposiciones, como la de que están jugando con nosotros y alargando el proceso para evitar nuestras movilizaciones ante una Orden Foral injusta.

Cuantos más días pasan sin noticias, más se instala en nosotros la sensación de haber sido envueltos en una suerte de magia de la señora consejera donde nuestra idea de haber sido escuchados ha sido solo un espejismo.

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