Gerardo Hernández Zorroza

Pensad un poco: ¿a quién beneficia?

La bronca que estamos teniendo sólo beneficia a los intereses de las élites, pero las consecuencias negativas del desmadre (escuchen el cabreo monumental que los médicos de Primaria tienen, saturados e incomprendidos como nunca antes –y mira que lleva la cosa tiempo–, y también a los otros) nos afectan a todos los demás.

Las dos partes tienen razones pero a los que verdaderamente más beneficia esta situación es a esos «benefactores altruistas» -en su mayor parte- que desde la OMS controlan el «tomate».

Que hicieron «la estatua» (ni se movieron, vaya) hasta que el bichito (que es menos agresivo ahora y morirá pronto porque es muy probablemente artificial y cuadra su evolución en el tiempo con ello) se había extendido por muchos países.

Pero sigan diciendo tonterías y tomando medidas inútiles para el seguimiento y control de la enfermedad –en el supuesto incluso de que tenga la gravedad que le achacan–, enfermedad que no se me ocurre negar, por supuesto –no soy negacionista– aunque si niego la gravedad general epidemiológica (número de muertes en proporción a la población donde se mide) del mal, que en su inmensa mayoría afecta gravemente sólo a los pacientes con comorbilidad severa.

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