Javier Orcajada del Castillo, Bilbao

Por fin un político que dice lo que piensa

Aunque parece que no piensa lo que dice. El vicepresidente socialista del Gobierno Vasco se ha despachado con unas declaraciones su apoyo de la industria armamentista vasca. A la espera de que rectifique por presiones de su partido porque va a provocar protestas públicas argumentando que sus palabras se han sacado de contexto, muestra su bisoñez porque expresa lo que todos los políticos piensan sobre los beneficios que genera la fabricación de armamento. Aunque sean para matar gente inocente en países lejanos, como en Gaza o en Ucrania, aportan impuestos. Lástima que las actuales guerras se van acercando a nuestros cómodos y seguros pueblos, y haya riesgo de represalias como las Torres Gemelas de New York o tener que huir de Afganistán acosados por los terroristas de Bin Laden. Pero es la servidumbre para que nuestros empresarios tengan carga de trabajo, empleo, los trabajadores y se paguen nuestras pensiones. Recuérdese la crisis de Navantia en Astilleros de San Fernando, que por rechazo de la violencia, la ciudadanía quiso cancelar la construcción de cinco destructores; Kichi, el alcalde comunista de Cádiz, salió en defensa de la construcción de los buques. El vicepresidente del Gobierno Vasco no ha citado que Trump es el elemento motor que incentiva esa dinamiza al imponer a todos los países bajo su dominio incrementos brutales en sus presupuestos militares, aunque sea a costa de reducir fondos de la enseñanza, la sanidad o el bienestar popular. Es necesario el pragmatismo, pues las utopías, decía el filósofo nazi, Rosenberg, es la causa que provoca las guerras porque «niegan el derecho a los países a defenderse». El mismo eslogan que defiende Biden respecto de Israel.

Search