Javier Orcajada del Castillo | Bilbo

Ser iguales no es ser idénticos

La ola que ha explotado equiparando el hombre y la mujer en todos los aspectos va a provocar más problemas que soluciones si no se controla. Porque pretender que a cada uno de los géneros se atribuya el 50% de funciones domésticas y profesionales se exigiría pedir asesoramiento al juez de «La Manada», Ricardo González, para que administre su curioso y divertido sentido de la justicia. En primer lugar porque biológicamente la naturaleza nos ha diseñado diferentes por serlo las funciones esenciales de cada género. Provocar la competencia para agredirnos mutuamente es caer en el señuelo del machismo retrógrado que hasta ahora nos ha manejado como ovejas y corderos vigilados por mastines que muerden a pesar de que nos digan que están para protegernos. Es obvio que las mujeres deben tener acceso a tareas y funciones en las que el único valor a considerar debe ser el conocimiento y la capacidad profesional, pues es manipulación provocar tensiones que van asociadas biológicamente con el sexo. Los hijos los engendra la mujer y no el hombre, aunque éste sea protagonista necesario. Los deportes deben ser practicados indiferentemente, pero no pueden competir hombres contra mujeres, pues su propia biología les ha dotado de diferentes facultades para que la especie humana se desarrolle armónicamente. Sería curioso analizar los resultados en pruebas de atletismo mixtas o en competiciones de futbol en las que el Barça se enfrente al Athletic de féminas. Lo que no puede ser, no puede ser, a pesar de que el neomachismo de las religiones apelen a principios filosóficos, aunque realmente es querer guardar el agua en una cesta. La marea reivindicativa favorable a que las mujeres ocupen cargos y funciones para las que están perfectamente preparadas deben administrarla con inteligencia, pues la reacción de los hombres ante la presión del avance femenino les está provocando complejo de inferioridad ya desde la niñez, se extiende en la pubertad y la juventud con riesgo de que se inviertan los roles y haya que proteger a los hombres a los que les faltan referentes porque se los arrebaten las mujeres, que han accedido a la libertad por méritos propios. Lo que deberían cuidar es evitar el revanchismo y cometan el mismo error que ha sido la historia de una sumisión de hombres sobre las mujeres que felizmente esta en trance de desaparecer.

Search